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Sumergibles y robots buscan el calamar gigante

Empieza a levantarse el misterio que rodea a los inteligentes y esquivos cazadores del fondo de los mares

Los calamares, unas de las criaturas más inteligentes y esquivas del mar, están empezando a dejarse arrebatar los secretos de su comportamiento por sumergibles y robots, que ahora son testigos de sus formas exclusivas de cazar, ocultarse o simplemente estar en aguas frías y profundas en las que reina la oscuridad o a las que sólo llegan unos débiles rayos de luz solar. Poco a poco, y por primera vez, se están empezando a desvelar los detalles tribales de la vida de los calamares desde sus primeros días.Incluso se está siguiendo más de cerca que nunca la pista del calamar gigante, la mayor y más legendaria especie de la, familia, que puede alcanzar una longitud de hasta 21 metros. Sin embargo, los científicos no han atrapado todavía a ninguna de estas criaturas, mientras que los pescadores a veces lo hacen accidentalmente. En estos momentos, en las costas de California, una expedición científica intenta descubrir a algún calamar gigante, explorando las oscuras aguas con la ayuda de un. robot para filmar al monstruo en su guarida.

Clyde.F. Roper, experto en calamares del Museo Nacional de Historia Natural de la Smithonian Institution (EE UU), dice: "En los 10 últimos años, hemos avanzado mucho en el conocimiento del comportamiento de buen número de estos animales. Estamos encontrando una gran diversidad".

Las imágenes de vídeo de los raros calamares de aguas profundas tomadas por robots y sumergibles provistos de cámaras se están convirtiendo en algo tan habitual que Roper y Michael. Vecchione, un experto del Servicio Nacional de Pesca Marina de la Administración Nacional para el Océano y la Atmósfera de Washington (NOAA), las están reuniendo en una base de datos que comprende una multitud, de especies. El análisis de este banco de imágenes está revelando, entre otras cosas, muchos comportamientos antes desconocidos.

Luces y complejidad

Mientras que los calamares que vagan por la superficie han sido estudiados desde la época de los antiguos griegos, sus parientes de las profundidades oceánicas siguen siendo, en su mayor parte, un misterio. Los indicios sobre la complejidad de su comportamiento llegaron cuando las primeras capturas de las profundidades revelaron que el cuerpo de algunos calamares está adornado de formaciones de luces bioluminiscentes.

"Nada puede compararse ni de lejos con los tonos de estos órganos luminoso?, escribió Carl Chun, un experto en calamares de finales del siglo pasado que quedó impresionado por un hallazgo muy especial. "Se diría que el cuerpo estaba adornado por una diadema de gemas brillante?. Entre esos colores, estaban el azul de ultramar, el nácar, el rojo rubí, el blanco y el celeste.

Los primeros descubrimientos fueron limitados a causa de los medios disponibles, en su mayor parte redes. No recogían gran cosa. A veces se capturaban algunos de los delicados calamares de las profundidades, pero quedaban mutilados o destrozados. Roper ha dicho que, sin duda, las redes arrastradas por las aguas profundas hacían despedir grandes destellos de bioluminiscencia a las medusas y otras criaturas gelatinosas.

"Cualquier calamar que se precie daría unas cuantas vueltas y desaparecería del mapa" dice. "Los únicos cefalópodos que e cogen con las redes de profundidad son los lentos, los enfermos o los tonto?. Los robots que descienden a aguas profundas y los sumergibles tripulados han cambiado todo esto. Al principio, estos vehículos se utilizaron para examinar el fondo marino, pero en la década pasada se empezó a estudiar con ellos el maremágnum de vida de las aguas de profundidad media. De la misma forma, las pequeñas cámaras de vídeo de gran calidad, junto con luces especiales, ha permitido a los científicos registrar y analizar fácilmente las evoluciones de los calamares.

"Hemos encontrado calamares que hacen montones de, cosas que pensábamos que no podían hacer, ha dicho Roper. Vecchione afirma que la nueva perspectiva submarina está haciendo que se tengan que reescribir los libros sobre, la distribución y abundancia de calamares, además de los centrados en su comportamiento. "Había una especie que considerábamos rara porque nunca podía coger un ejemplar con red", ha dicho. "Pero ahora que hemos bajado a las profundidades, resulta que está por todas partes. Cuando bajas en un sumergible, ves que es tan común como el ganado".

El mes pasado, una exploración dirigida por el Instituto de Investigaciones del Acuario de la Bahía de Monterrey encontró gran cantidad de extraños calamares en aguas profundas del Cañón de Monterrey, frente a las costas de California. Sujeto a un barco de 33 metros de eslora por un cable, había un robot no tripulado (del tamaño de un coche pequeño) que se movía por las profundidades y enviaba continuamente fantasmales imágenes a monitores de la sala de control del buque.

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Entre los expertos a bordo ha bía un especialista en calamares, James Stein Hunt. A más de 400 metros de profundidad, el robot descubrió un delicado calamar y se pudo ver claramente la oscura bolsa de tinta a través de su cuerpo transparente. El animal, probablemente joven y de unos 20 centímetros de longitud, estaba bajando lentamente; sus patas formaban un apretado cono mientras sus aletas, delgadas como papel, ondulaban adelante y atrás con un ritmo fascinante. A pesar de las luces del robot, no hizo ningún intento de escapar.

Al frasco

"Parece diferente", dijo Stein Hunt, que llevaba dos años estudiando los calamares de esa zona. El que guiaba el robot, moviendo con suavidad un mando, colocó lentamente un frasco de muestras sobre el calamar y después aceleró la velocidad de descenso del robot. Cuando el animal entró en el frasco, la tapa se cerró, capturando al calamar para su posterior examen. "Probablemente será un Galiteuthis", dijo Stein Hunt, utilizando el nombre genérico de un calamar bastante común de aguas profundas.

De repente, algo oscuro y negro pasó rápidamente por el campo visual de la cámara, desapareciendo de la vista. "Parecía un Vampiroteuthis", dijo Bruce H. Robison, científico jefe del Institute, refiriéndose a un extraño tipo de fósil viviente que es mitad calamar y mitad pulpo. Esta criatura. debe su nombre a su semejanza con los vampiros. Sus patas están cubiertas de una membrana oscura que parece una capa, debajo de la cual salen dos ganchos similares a colmillos.

El ojo del robot se topó con un calamar rosado que empezó a alejarse rápidamente. De repente, el calamar en fuga empezó a soltar tinta una y otra vez, dejando manchas en forma de tubos de este líquido flotando inmóviles en el agua. No quedó ni rastro del animal.

"La tinta es pseudomórfica",. señaló Robison. "Tiene que parecerse al cuerpo del calamar" para engañar al depredador y que éste ataque a la tinta y no al animal en fuga. "Los calamares largos y delgados dejan manchas de tinta delgadas y alargadas", dijo Stein Hunt. "Los calamares cortos y gordos dejan manchas cortas y gordas". En la oscuridad, añadió, los reflejos bioluminiscentes de la fauna microscópica de las agitadas aguas rodearían la tinta oscura, haciendo resaltar las falsas figuras.

Más tarde, cuando el barco emprendía el camino de regreso al puerto, Hunt puso una cinta de vídeo de los primeros descubrimientos.

El vampiro

La secuencia más asombrosa mostraba a un Vampiroteuthis, el fósil viviente. Era la primera filmación conocida del medio calamar y medio pulpo en su oscuro hábitat. Sorprendentemente, teniendo en cuenta su sistema nervioso, la criatura marrón rojiza nadaba con gran destreza, moviendo sus anchas y delgadas aletas como alas. Arrastraba un largo filamento, cuya función se desconoce, pero que probablemente será sensorial. En la parte delantera del animal se veía un gran ojo, azul y misterioso.

"De este animal, sólo se había escrito que era una especie lenta y perezosa de cefalópodo", dijo Stein Hunt. "Pero cuando lo ves en la realidad, moviéndose de esa manera y yendo de acá para allá, está claro que hay que volver a reescribir todo eso".

Sin duda, Stein Hunt estaba impaciente por aprender más cosas sobre el Architeuthis, el calamar gigante. El y sus colegas del Instituto están buscando ahora a esta bestia en el Pioneer Seamount, a unos 80 km de la costa californiana. "Haría lo que fuera por ver uno vivo". dijo Hunt durante la inmersión de Monterrey. "Es el sueño de todo teutólogo".

Hasta ahora ningún teutólogo, como se llaman a sí mismos los expertos, en este campo, ha podido contemplarlo en su hábitat, cualquiera que éste sea. "Siguen siendo un misterio" dice Roper. "La gente ha salido a buscar concretamente cala-, mares gigantes y nunca los han encontrado. Uno de estos días sucederá. Uno de estos días alguien verá uno vivo".

The NYT News Service

Ni primitivos ni aletargados

Considerados hasta ahora como seres primitivos y aletargados, los calamares de las profundidades están demostrando tener una vitalidad y una capacidad de respuesta sorprendentes. La mayoría de ellos puede alardear de toda una gama de bioluminiscencias y de sutiles colores que cambian rápidamente, a menudo para eludir a los depredadores y quizá también para atraer a sus compañeros.Se pensaba en los calamares como en criaturas de las profundidades medias del océano, pero resulta que algunas especies descansan en el fondo, poniendo sus patas de tal manera ("sobre los codos", bromea un experto) que los conductos respiratorios y de propulsión no queden obstruidos por el fango. En algunos casos, los científicos están descubriendo maniobras para escapar de los depredadores y los chorros de tinta, sin ir más lejos, sirven para muchas más cosas que para cegar a un perseguidor.

Los calamares son cefalópodos, parientes cercanos de los pulpos y las sepias y lejanamente emparentados con las almejas y las ostras. Tienen aletas traseras en sus cuerpos y sus grandes ojos rivalizan en complejidad con los humanos, aunque los del calamar gigante a veces son mayores que un plato. De sus 10 patas, ocho son cortas y carnosas y las otras dos, las llamadas tentáculos, suelen ser mucho más largas y delgadas. Los extremos de los tentáculos son a menudo más anchos y están cubiertos de ventosas. La longitud de los calamares va de los 2,5 centímetros de los más pequeños hasta los 20 metros aproximadamente -puede que hasta más- de los gigantes.

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