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FERIA DE VALLADOLID

Una brava corrida desaprovechada

Pobre final para la Feria de San Mateo. Los bravos toros de La Cardenilla exigían el carné de matadores a los tres diestros y ninguno hizo merecimientos para revalidar su condición.Manzanares no se justificó siquiera. Ni siquiera se ganó la merienda. Al primero no le quiso ni ver. En su segundo evidenció sus dotes de maestro en las verónicas. Después, con la muleta, dejó marchar un morlaco que a otro torero le hubiera llenado de gloria.

Las dos orejas concedidas a Miguel Rodríguez estuvieron fuera de lugar. No se puede torear de manera más vulgar unos toros que estaban pidiendo un torero y que no lo encontraron a pesar de sus embestidas nobles.

Pepín Liria se encontró con dos toros bravos y nobles, que exigían, como el resto de la corrida, un torero poderoso y no un diestro dubitativo.

Cardenilla / Manzanares, Rodríguez, Liria

Toros de La Cardenilla, igualados, bravos y nobles.Manzanares: silencio; ovación y saludos. Miguel Rodríguez: oreja en los dos; salió a hombros. Pepín Liria: silencio; bronca. Plaza de Valladolid, 25 de septiembre. 8ª y última corrida de feria. Más de media entrada.

No se pudo encontrar una terna que estuviera más por debajo de los toros. Hacía muchos años que la empresa de Valladolid no presentaba una corrida tan brava y noble, y que estaban necesitando tres toreros auténticos.

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