El jefe militar norteamericano discute con Cédras la transferencia de poder al presidente haitiano
ENVIADA ESPECIAL, "No toleraremos agresiones a civiles por arte de la policía... salvo que esos civiles sean los que realizan las agresiones". Con esta frase, que muestra hasta qué punto los militares norteamericanos han perdido ya la paciencia respecto a sus interlocutores ha¡tianos del Gobierno saliente, advirtió el coronel Michael Sullivan al jefe de la policía local, Michel François. Siendo el objetivo prioritario de las fuerzas ocupantes restablecer la paz para que Jean-Bertrand Aristide, el presidente legítimo, regrese a su país, parece obvio que todos los pasos se encaminarán desde ahora en esta dirección. De hecho, ayer el general Hugh Shelton, responsable sobre el terreno de la Operación Sostener la Democracia, se reunió con el general Raoul Cédras para hablar de la transferencia de poder a Aristide.
Mientras se concretan las medidas para el traspaso de poder, los norteamericanos han anunciado una serie de acciones para dar tranquilidad y mantener el orden. Además de los policías militares, que empezaron a patrullar en la tarde de ayer por las calles de Puerto Príncipe, han iniciado su despliegue, por el sur y el este del aeropuerto y el puerto, vehículos Humvee con ametralladora a la vista. Asimismo, helicópteros recorrerán la ciudad con altavoces desde los que lanzarán el siguiente mensaje, en créole: "Atención, atención. Las fuerzas multinacionales están aquí para ayudarles. Necesitan su cooperación y tranquilidad. Detengan la violencia para no herir a gente inocente. Permanezcan tranquilos, por la seguridad y la paz de ustedes y sus hijos". La misión de todos ellos es, en palabras del coronel Barry Willy, "conducir, observar y reportar". Los primeros 12 observadores de las Naciones Unidas que supervisarán las operaciones de las tropas estadounidenses llegaron ayer a Puerto Príncipe.Por otra parte, un equipo especial formado por 15 expertos salió en dirección a las poblaciones de Jacmel, Gonaive y Cabo Haitiano, con objeto de realizar una operación de evaluación, tanto militar como psicológica, de la situación allá existente. El lunes llegarán a Puerto Príncipe algunos haitianos voluntarios, pero la repatriación de los 14.000 refugiados que se encuentran en Guantánamo "nunca será forzosa", en palabras del portavoz de la embajada norteamericana, Stanley Schrager. Los ocupantes comprenden que tengan sus recelos respecto a la seguridad que aquí pueden encontrar, habida cuenta cómo estaba el país cuando lo dejaron.
El más receloso de todos es, sin duda, el presidente legítimo Jean-Bertrand Aristide, cuyo retorno -antes del 15 de octubre, fecha en la que los golpistas Cédras y compañía tienen que haber abandonado el poder- los norteamericanos consideran seguro "si se dan las condiciones de seguridad que él cree necesarias", según el coronel Sullivan. "Creo que nuestro trabajo en los últimos cinco días ha sido satisfactorio en este sentido, y que todo marchará bien", añadió el presidente.
Aunque parece que el mando norteamericano está haciendo, al fin, lo que los demócratas haitianos desean fervientemente -esto es, presionar con todo su poder al Gobierno saliente-, muchos hilos sueltos deben ser cuidadosamente entretejidos antes de que la situación política se estabilice. Existe la duda permanente acerca de qué harán los militares haitianos: si abandonar el poder y el país o sólo lo primero, en cuyo caso Haití continuará viviendo en la dualidad.
Arrastrado por los pelos
"Aristide tiene que volver, y los norteamericanos lo conseguirán aunque tengan que traerlo por los pelos", afirman funcionarios internacionales, "pero aunque esté aquí para el 15 de octubre, el proceso será muy largo". Cuando regrese, Aristide se encontrará con un país algo distinto del que dejó. Sus partidarios (obtuvo el 67% de votos) alcanzan ahora el mismo porcentaje, pero con algunas variaciones. Hay gente que se ha empobrecido por el embargo -gente que estaba en un nivel medio- y que le reprocha que él haya vivido una existencia dorada en Washington, con sus ministros; esos, posiblemente, le darán la espalda.
[Varios pistoleros secuestraron y torturaron con fuego y con palos a un joven haitiano, al que luego dispararon, según informaron ayer fuentes sanitarias, informa la agencia Reuter. Tras la agresión, que se produjo el miércoles, los médicos pudieron salvar la vida de la víctima].
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