Buen compañero, buen amigo
En torno a la medianoche de ayer se acercaron a la capilla ardiente de Alberto Closas, sus compañeros y amigos, algunos visiblemente afectados, entre los que figuraban dos de sus actrices favoritas: Analía Gadé y Amparo Rivelles, y otros rostros populares como Agustín González, Lola Flores, Enrique Cornejo y María Asquerino.José Luis López Vázquez le conoció sobre las tablas de un escenario en los años 50. Después formarían un dúo entrañable con la trilogía de películas, La gran familia, La familia y uno más y La familia, bien, gracias. "Mantuvo hasta el último momento su galanura, naturalidad y buen hacer. Su muerte ha sido una pérdida irreparable para el teatro", reconoció.
"Alberto Closas ha dejado un hueco enorine", dijo el actor Emilio Gutiérrez Caba. Tanto él como su hermana Julia mantuvieron todo este último año un estrecho contacto con el actor desaparecido "para ayudarle como podíamos en su enfermedad", declaró. Al igual que otros amigos y colegas, Gutiérrez Caba alabó la entereza Closas durante los últimos meses.
Mejor actor hispano
Tras conocer la noticia del fallecimiento, la directora de cine y teatro, Josefina Molina explicó que Closas era un actor que amaba enormemente su profesión hasta el punto de que vivía para el teatro". "Pertenecía a esa generación de actores incombustibles, que estaba siempre al pié del cañón". Closas participó en el verano de 1988 en el rodaje de Esquilache, de Josefina Molina. Poco después volvieron a colaborar en Cartas de amor. "Ya entonces estaba mal de salud; iba mucho al médico; se quejaba a veces. Pero no dejaba nunca de fumar. En algunas funciones, incluso en él mismo estreno, tuvo problemas con la voz, pero él era optimista y siempre luchaba para recuperarse cuanto antes", recordó la directora.
Elvira Quintillá, que todavía se declara profundamente afectada por el fallecimiento de su marido, José María Rodero, hace más de dos años, afirmó que Alberto Closas y su esposo han sido "los mejores actores de habla hispana" y los "grandes embajadores del intercambio cultural con Iberoamerica".
La viuda de Rodero comentó que nunca dejó de estar en contacto con Closas durante los meses de su enfermedad. "Hace poco le escribí una carta, sin preguntarle como estaba, sino gastándole bromas y diciéndole que me hacía mucha falta". Él le contestó con otra "llena de chascarrillos y comentarios pícaros". Fue su última comunicación. Así le definió ayer la actriz: "ha sido la persona más simpática, generosa, elegante, discreta; buen compañero, buen amigo, con un señorío irrepetible. Desconocía la envidia, era un bromista impenitente y un hombre guapísimo".
Babelia
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