"Sabía el riesgo que corría al escoger a un etarra"
ROCÍO GARCÍA, En Días contados se han unido fundamentalmente dos obsesiones de su director Imanol Uribe: su fascinación por la fatalidad y libertad del personaje operístico de Carmen de Mérimée y su necesidad de contar una historia de amor. "Cuando leí el libro de Juan Madrid (sobre el que se basa el guión) me llamó poderosamente la atención la protagonista femenina por sus connotaciones con el arquetipo de Carmen, un personaje libre que arrastra un fatalismo guiado por el destino, como en la tragedia griega. Desde hace tres años, me encuentro fascinado por la ópera. Me atraía tanto el personaje de Carmen que hasta he pensado alguna vez en tratar ese mito. Además, nunca había contado una historia de amor en el cine, y tenía una necesidad vital de hacerlo", dice Uribe.
La novela de Juan Madrid va por otros derroteros distintos a los del filme. En la novela, el protagonista masculino -Carmelo Gómez en la película- era un fotógrafo. Uribe lo ha convertido en un militante de ETA, que prepara atentados en Madrid. "Yo pretendía contar una historia de amor fou, de amor al límite. Quería enfrentar a Charo, -una drogadicta que se prostituye-, con un personaje también al límite. Estuve buceando en la realidad española en busca de ese personaje. El etarra no fue el primero que se me ocurrió. Pensé en un periodista, incluso en un torero, pero los rechazé porque me obligaba a contar de alguna manera el pasado del personaje para ubicarlo en ese límite. Finalmente, escogí al etarra porque es muy arquetípico, todo el mundo sabe que es un personaje que está jugando con la vida y la muerte, siempre al margen y al límite", explica el director.
"Quería un enfrentamiento fuerte como el que se produce entre una mujer hedonista, que vive por y para el placer inmediato y un hombre que vive o ha vivido y matado por una ideología, y que además, pertenecen a dos culturas muy distintas, como la del Norte y la del Sur", señala Uribe.
Como dice el cineasta de filmes como El proceso de Burgos, La muerte de Mikel y La fuga de Segovia, él no se ha caído de un guindo y sabía el riesgo que corría en Días Contados. "Es cierto que existe el riesgo, sobre todo en el País Vasco, de que se tomara la parte por el todo, de que el tema terrorista, colateral en la película, podía comerse al resto, pero espero que no suceda. De todas maneras, eso no depende de mí. Quizá puede enturbiar el sentido que he querido dar a mi película pero estoy muy tranquilo. Existe ese riesgo, pero a mi me gusta mucho el riesgo".
Imanol Uribe no descarta realizar algún día una película sobre ETA. "Sé que algún día la haré. Ahora no es el momento más adecuado, porque para hacer una buena película es necesario un cierto distanciamiento sobre la realidad, sobre todo en un tema tan a flor de piel como éste. Ahora los árboles no dejarían ver el bosque".
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