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III CONFERENCIA SOBRE POBLACION Y DESARROLLO

Los cambios 'necesarios'

Retocados los apartados del aborto y los derechos reproductivos

EL PAÍS El intento de frenar la explosión demográfica se ha topado con dos principales escollos en la Cumbre de El Cairo: la religión y la cultura. Por ellos ha debido modificar la ONU algunos apartados del texto original de 113 folios. Cambios aparentemente fútiles como poner 'pareja' y no mencionar al 'individuo' al hablar de derechos reproductivos, o situar al mismo nivel tradición y derechos humanos han sido necesarios para desbloquear los de bates. Estos fueron los puntos revisados:

El aborto. El texto original planteaba dos opciones. En la más atrevida se hacían recomendaciones como la siguiente: "...las mujeres deberían tener acceso fácil a servicios de atención sanitaria de buena calidad que incluyesen"... "asesoramiento y cuidado médico que les permitiesen terminar el embarazo en los casos en que esté permitido por la ley". En la opción elegida se ha situado en primer lugar la advertencia, ya existente en el original, d que "en ningún caso se debe promover el aborto como método de planificación de la familia". En el original se hablaba de los países que tenían "aborto legal" y se ha cambiado por donde "no está contra la ley". A pesar de todo, el espíritu original de este apartado se ha respetado. Consistía en una llamada de atención sobre el problema sanitario de los abortos en malas condiciones y sobre la necesidad de disponer de asesoramiento médico y planificación familiar para evitar, precisamente, las interrupciones del embarazo.

Los derechos reproductivos. A este apartado pertenece la definición de salud reproductiva, un gran paso adelante, que ha costado muchas horas de debate en El Cairo. Tal definición ha quedado prácticamente en los mismos términos, afirmando que 1a salud reproductiva es un estado de absoluto bienestar físico, mental y social, y no de mera ausencia de enfermedades o dolencias". El cambio se hizo en el siguiente párrafo de este capítulo, cuando la ONU hablaba de los derechos reproductivos de "individuos y parejas". La palabra individuo ha desaparecido del texto por considerar que la procreación sólo tiene sentido dentro del matrimonio. También se ha quitado del texto la referencia a "otras uniones" fuera del matrimonio. Se tuvo que cambiar la alusión a "diversos conceptos de familia" por "otras formas de familia", porque para musulmanes y católicos era abrir la puerta al reconocimiento de parejas homosexuales.

Inmigración. El bloque formado por Estados Unidos y la Unión Europea, países habitualmente receptores de inmigración del Tercer Mundo, cerraron la posibilidad de introducir en el documento el derecho de los inmigrantes a la reunificación familiar, aunque sí insta a que los Gobiernos lo consideren. La decepción de muchos países en desarrollo fue palpable, pero el escaso, tiempo disponible no dio opción a un debate más amplio.

Financiación. Por primera vez, la ONU ha cuantificado el dinero necesario para frenar la bomba demográfica. No hubo discusión sobre la cantidad elegida -17.000 millones de dólares (2.193.000 millones de pesetas) de aquí al año 2000 que en sus dos terceras partes pondrán los países en vías de desarrollo-, sino sobre su reparto, ya que tal cantidad se destinará, fundamentalmente, a planificación familiar. Éste es el reparto: 10.200 millones de dólares para planificación familiar; 5.000 millones para servicios de la salud reproductiva; 1.300 millones para educación y prevención del sida y otras enfermedades de transmisión sexual; 500 millones para programas de investigación básica para la reunión de datos y análisis de política de población.

Tradición y derechos humanos. Esta batalla no estaba prevista en el documento original de la ONU. El añadido, realizado en el último momento, para introducir como preámbulo al documento fue propuesto por los países en desarrollo. Se trataba de proponer que todas las políticas demográficas estén en consonancia con el respeto a la religión, la tradición y cultura de cada país, Los del Norte, que defendían la prioridad del respeto a los derechos humanos, sólo lograron que figure que se respeten tradición y cultura, siempre que no atenten contra los derechos humanos universalmente reconocidos.

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