Cuba anuncia que impedirá la salida de 'balseros'
Un centenar de personas esperaba el viernes por la noche, en la Playa de Bacuranao, a que mejorasen las condiciones del tiempo para echarse a la mar. Acababa de caer un aguacero tropical sobre La Habana y un grupo cortaba leña a machetazos para alimentar una hoguera que calentaba la noche y alumbraba su sueño americano. Todavía estaban contentos, y miraban orgullosos las balsas que les aguardaban a pie de playa. Sin embargo, a las diez de la noche, una pequeñaradio de pilas comenzó a dar la noticia: el Gobierno daba de plazo hasta el martes a mediodía para retirar las balsas de la costa y suspender las salidas ilegales tras el acuerdo alcanzado el viernes con Estados Unidos, que aumentará el número de visados.
En caso contrario se usará la violencia para impedir más salidas de balseros. La noticia cayó como una bomba. Un murmullo se extendió por Bacuranao y todas las costas del litoral norte de La Habana desde Guanabo a Santa Fé, pasando por Cojimar, donde la incertidumbre se apoderó de los dueños de la decena de balsas que a esa hora dormían en la Poceta del Cura, la fábrica de Caramelos y el Claro de Luna."¿Que hacemos ahora?", decía un mulato, que acababa de llegar a Bacuranao, a sus compañeros de aventura. Había visto las noticias en su casa y les explicaba que el problema no era ya sólo que Cuba impidiera la salida de la isla, sino que Estados Unidos había dicho que ningún nuevo balsero entraría a territorio norteamericano.
"Los exhortamos con sincero respeto y consideración a suspender los viajes por medios propios y sin trámites legales", había dicho por la noche en televisión un locutor de rostro serio, quien aseguró que durante un plazo de 72 horas las autoridades no actuarán contra las personas y los medios y sólo utilizarán la persuasión". Sin embargo, advirtió, a partir del martes a las 1-2 del día "se impedirán las salidas desde las costas aunque sea necesario utilizar la fuerza y los medios que se encuentren en las inmediaciones serán confiscados".
En su ultimátum, el Gobierno cubano señaló que, a partir de ahora, Estados Unidos tratará a los emigrantes cubanos como a los de cualquier otro país, pero dijo que los futuros "refugiados" deben comprender que Estados Unidos ya no les dejará instalarse en su territorio. Asimismo, las autoridades cubanas amenazaron con usar armas de fuego para impedir la salida después del martes en caso de que los agentes del orden sean atacados.
Pero el, ultimátum del Gobierno lo que desató fue un maratón de balseros. Así, el viernes por la noche, mientras una onda tropical con vientos de hasta 30 kilómetros por hora surcaba el estrecho de La Florida, decenas de balsas se echaron a un mar iluminado por el resplandor de los rayos y las tormentas eléctricas desde Cojimar y otras localidades marítimas de La Habana. A las nueve de la mañana de ayer salieron balsas incluso desde el malecón, y en la playa la mayoría de las personas que tenían la balsa preparada indicaron que no abandonarían su aventura.
La mayoría de los cubanos que decidieron emigrar a Estados Unidos tras el anuncio de Castro de que no se perseguiría a nadie, tuvo que empeñar gran parte de su escaso patrimonio. Después de las nuevas medidas adoptadas por La Habana, las balsas caseras, que llegaron a venderse hasta por 1.000 dólares (130,000 pesetas), ya no valen prácticamente nada.
Cuba sancionó durante 30 anos con penas de privación de libertad las salidas Ilegales, pero Estados Unidos recibía a los balseros como héroes y les concedía la ciudadanía en cinco años. Los nuevos acuerdos marcan un cambio de rumbo de 180 grados en la política norteamericana, y, según las autoridades cubanas, esta situación contribuirá a desalentar la inmigración ilegal. A partir de ahora, los emigrantes cubanos no tendrán privilegios y no serán aceptados en Estados Unidos si entran ilegalmente.
La perspectiva de ser confinados en la base naval de Guantánamo tampoco es muy halagüeña. Ayer, 2.500 refugiados cubanos se manifestaron durante hora y media en la base estadounidense contra el acuerdo de emigración, alcanzado en Nueva York. Un cubano de 35 años fue herido con una bayoneta cuando los soldados estadounidenses cercaron a los manifestantes y les obligaron a volver a sus barracones. Su situación es estable. Un segundo refugiado habría, resultado herido en un hombro, según informó un portavoz militar estadounidense que cita la agencia Reuter. En Guantánamo están confinados casi 26.000 cubanos y cerca de 20.000 haitianos.
El ministro cubano de Relaciones Exteriores, de visita oficial en España, recibió ayer en la Embajada de Cuba en Madrid a cien miembros de la comunidad cubana que reside en nuestro país, informa Efe. Según Armando Alvisa, cónsul cubano, entre los que acudieron a la recepción se encontraban algunos opositores al régimen de Fidel Castro. Durante la recepción, dos grupos de opositores y partidarios de Castro se manifestaron ante la sede diplomática.
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