Verdi y Mussorgski por el georgiano Burchaladze
La quincena musical cuenta con un brillante historial operístico y el público donostiarra sabe apreciar, con justeza y sin mitomanía, las denominadas "voces de oro".. Entre éstas, ocupa ya un puesto de excepción la del bajo georgiano Paata Burchaladze, lanzado al mundo lírico en 1982 cuando ganó el premio Chaikovski y rebautizado solemnemente por Herbert von Karajan en el comendador de Don Giovanni. Los medios vocales de Burchaladze son muy bellos, grandes y fuertemente coloreados pero, al mismo tiempo, con posibilidades líricas que el excelente cantante y músico aprovecha con particular inteligencia.En Verdi como en Moussorgsky gozamos de un arte razonado y expresivo, y de un temperamento tan apasionado como requiere el área de Felipe II (Ella giammai m'amo), de Don Carlos, o tan trágico como la escena de la muerte de Boris, que estuvo precedida por la coronación, el monólogo y la escena del reloj, en una especie de síntesis de la sorprendente ópera moussorgskiana, removedora, un día, de las conciencias Y el pensamiento de tantos compositores.
La ópera, después de Moussorgsky, cambio de rumbo; ascendió del pueblo hecho coro a los escenarios, y se derrumbaron no pocas convenciones y formalismos de todo género.Hoy, todavía, nos sorprende Boris, incluso a través de un recital, si quien canta suma los valores de Burchaladze, igualmente espléndido en Simon Bocanegra y Atila, y no sólo magnífico, sino diferente en la calumnia de El barbero de Sevilla, de Rossini, ofrecida como propina.
Fue valiosa y ágil la colaboración de la sinfónica de Euskadi, dirigida por el, chino En Shao (Tianjin, 1954), que será principal director invitado de la formación vasca. A la misma hora que el concierto del Victoria Eugenia, el cuarteto de Moscú estrenaba en el museo de San Telmo Harizco laukotia, escrita por Gotzon Aulestia (Ondarroa, 1940) en homenaje a Francisco Escudero; en el teatro María Cristina el pianista iruñés Ricardo Requejo exponía su conocida y excelente versión de la suite Iberia, de Isaac Albéniz.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.