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El Museo Getty amenaza con los tribunales al Gobierno británico por impedir la venta de 'Las tres gracias'

El Gobierno británico renovó la semana pasada el embargo de exportación sobre Las tres gracias, la pieza que Antonio Canova esculpió para el Duque de Bedford en el siglo XIX. La moratoria concede un respiro de tres meses a las instituciones británicas que luchan por rescatar para su país la obra de arte. Pero el principal interesado en su compra, el Museo Getty de California, amenaza con recurrir a los tribunales.El director del Museo Getty de California, John Walsh, protestó enérgicamente este fin de semana por la actitud del Gobierno británico respecto a Las tres gracias, la primera escultura encargada por un mecenas civil inglés a un maestro italiano.

Ninguna institución británica pudo igualar dentro del plazo estipulado, que expiró la semana pasada, la oferta inicial de 7,6 millones de libras (unos 15.000 millones de pesetas) garantizada por el museo californiano desde 1989. Y, ante la nueva moratoria de tres meses, concedida por el Gobierno conservador, Walsh amenazó: "Estamos estudiando los remedios a nuestro alcance y, si es necesario, presentaremos el tema ante los tribunales".

Fue precisamente la intervención de un miembro de la familia Getty, John Paul II, hijo del fundador del museo, el motor que retrasó una vez más los trámites de exportación. Con su donación de 1 millón de libras (unos 200 millones de pesetas), las instituciones británicas se mostraron esperanzadas de poder recaudar los 15.000 millones de pesetas necesarios para salvar a Las tres gracias. Con esta cuantiosa contribución del millonario norteamericano, las principales instituciones interesadas, el Museo Victoria y Albert (V&A) y la Galería Nacional de Escocia, necesitan tan sólo 800.000 libras (unos 1,6 millones de pesetas) para adquirir la obra de Canova. Sin embargo, un comentario inoportuno de Timothy Clifford, director de las Galerías Nacionales de Escocia, estuvo a punto de echar a perder la causa nacionalista. Ante las cámaras de televisión, Clifford justificó la donación de Getty II en el "rencor" que siente por su difunto padre y por el museo fundado por él en Malibú, California.

Sus palabras molestaron a Getty II, pero una vez que Clifford se excusó públicamente de su error, Getty II retiró su amenaza de hacer todo lo posible para que el museo de su familia comprara las famosa estatua.

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