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Francia apresa un pesquero español por faenar con redes ilegales en una zona prohibida

Desde el golfo de Vizcaya hasta el estrecho de Gibraltar, los pesqueros españoles se están reembolsando las acusaciones de faenar con artes ilegales. En la madrugada de ayer, las autoridades marítimas francesas apresaron el navío Rafael por pescar en zona prohibida con redes no autorizadas, y lo trasladaron al puerto francés de Bayona. Mil kilómetros al sur, en el estrecho de Gibraltar, el buque de Greenpeace Rainbow Warrior se enfrentaba violentamente a una decena de pesqueros españoles que, según la organización ecologista, usaba redes de deriva de más de cuatro kilómetros.

El patrón del Rafael comparecerá hoy ante el tribunal correccional de Bayona. Las autoridades francesas mantienen que el pesquero faenaba sin la documentación adecuada, en una zona prohibida y con redes de una dimensión no autorizada. Fuentes francesas aseguraron que esta acción no tiene relación con la guerra del bonito.Es la segunda vez en un mes que las autoridades francesas capturan un pesquero español. El pasado 20 de julio, la fragata militar Surcouf apresó el Francisco y Begoña y lo trasladó a la base militar bretona de Lorient, acusándolo de almacenar peces de un tamaño inferior al permitido. En aquella ocasión, un tribunal francés impuso al pesquero casi 14 millones de pesetas en concepto de multa e indemnización.

Entretanto, la guerra de las volantas se ha trasladado al estrecho de Gibraltar, donde el Rainbow Warrior se enfrentó en la madrugada de ayer a una decena de pesqueros españoles por la utilización de redes de deriva ilegales, informa Cándido Romaguera.

Los tripulantes del Rainbow Warrior retiraron del agua parte de la red ilegal calada por el pesquero Costa de la Luz, recibiendo a cambio todo tipo de proyectiles, entre ellos piezas de plomo de las empleadas para dar peso a las mallas, mientras el redero Los Patos intentaba alcanzar al buque con sus bicheros. Otros ocho pesqueros se dirigieron a toda prisa hacia el Rainbow Warrior con la intención de abordarlo. En ese momento se produjeron escenas de gran tensión, con intercambio de gritos e insultos. "Al palangre, al palagre -arte de pesca que respeta el fondo marino-", gritaban los miembros de Greenpeace. "Ecologistas, vagos, sacad las manos de los bolsillos y bajad a pescar", contestaban los pescadores.

Finalmente, el Rainbow Warrior abandonó la zona sin daños, llevándose consigo parte de la red de deriva ilegal del Costa de la Luz. Según apunta Marian Stoler, portavoz de Greenpeace, desde hace más de cinco años faena en aguas del Estrecho una flota de volanteros españoles que viola impunemente la legalidad sin que las autoridades de Marina ni las de Pesca tomen medidas efectivas para impedirlo. Stoler asegura que Greenpeace ha querido demostrar que sus intervenciones contra las redes ilegales no dependen de su nacionalidad.

Javier Pastor, presidente de Greenpeace en España, señaló ayer en Málaga que la impunidad con la que faenan en el estrecho de Gibraltar algunas embarcaciones de la flota andaluza "resta credibilidad y autoridad moral a la posición del Gobierno español en el Consejo de Ministros de Pesca de la Unión Europea", informa José Manuel Atencia. Pastor indicó: "Se está desviando la atención hacia las flotas europeas con denuncias de las autoridades españolas contra los barcos franceses, ingleses e irlandeses por la utilización de redes de deriva, sin embargo si España quiere tener legitimidad para exigir la prohibición de estas redes, tendrá que cumplir su propia legislación". En España, la utilización de las redes de deriva está prohibida desde 1990 para la pesca de túnidos y pez espada.

[Entretanto, la Cofradía de Pescadores de Ayamonte (Huelva) denunció ayer la pesca ilegal de almejas en el río Guadiana por parte de barcos de la localidad vecina Isla Cristina, informa Europa Press.]

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