Dudas sobre posibles terapias
Ante la falta de una terapia resolutiva contra el sida, los científicos han dirigido sus esfuerzos a la consecución de sustancias y métodos de tratamiento que prolonguen la supervivencia de los afectados y mejoren su calidad de vida. Los medicamentos utilizados contra el VIH son los antivirales zidovudina (AZT), didanosina (DDI), la didesoxicitidina (DDC) y el Alpha-Interferón.El AZT y el DDI son los dos medicamentos comercializados en España para el tratamiento del sida. El AZT actúa impidiendo la reproducción del virus y frenando el deterioro del sistema inmunitario. No cura ni previene la enfermedad aunque disminuye en gran medida la aparición de infecciones que conducen a la muerte a enfermos de sida. Los efectos secundarios son insomnio, cefaleas y anemia.
El DDI tiene menores efectos secundarios que el AZT pero, tomado en grandes dosis, provoca grandes daños en los nervios de los pies y en él páncreas. Desde 1992, también se puede conseguir a través del Departamento de Medicamentos Extranjeros del ministerio de Sanidad y Consumo, el DDC. Los expertos españoles recomiendan iniciar la terapia con AZT y sustituirla por DDI o DDC en monoterapia, cuando el paciente no soporta la toxicidad del medicamento o cuando ya no detiene el avance de la enfermedad.
En algunos casos se recomienda combinar el AZT con DDI o DDC.
Sin embargo, el estudio Concorde, resultado de un seguimiento de más de tres años por parte de investigadores británicos y franceses, señaló en 1993 que la administración de AZT temprana no alargaba la supervivencia de los pacientes. La polémica aún mantiene divididos a los partidarios de que el AZT debe prescribirse lo antes posible e incluso en cuanto se conozca la condición de portador, frente a los que recomiendan esperar a iniciar el tratamiento a que aparezcan los primeros síntomas de la enfermedad o que caiga el nivel de linfocitos T4 en la sangre.