La justicia noruega libera a los barcos de Greenpeace

La justicia noruega liberó ayer a los dos barcos de la organización ecologista Greenpeace, Solo y Sirius, que estaban retenidos desde hacía un par de semanas después de que su tripulación intentara impedir la caza de ballenas que realizan pesqueros de este país, lo que motivó algunos enfrentamientos en el mar.Seis miembros de la tripulación ecologista fueron condenados, en total, al pago de una multa de 140.000 coronas noruegas (2.632.000 pesetas) bajo la acusación de haber incurrido en un exceso de violencia. Dos lanchas dé goma que habían sido utilizados para el abordaje de los balleneros quedaron retenidas en el puerto de Egersund.

La liberación de los barcos y su devolución a Greenpeace se esperaba para mediados de este mes, ya que para entonces ha terminado la temporada de caza, pero no fue necesario esperar. El jefe de policía de Stavanger, Kjell Eide, considera que los barcos ya no tienen posibilidades de llegar hasta el extremo norte del país donde los balleneros hacen sus últimas capturas.

La permanencia de la tripulación de los barcos ecologistas resultó un tanto tensa, ya que debió soportar la hostilidad de la población del lugar, que considera a los ecologistas como una amenaza que perturba unas costumbres y un modo de vida profundamente arraigados en la tradición del país.

Los barcos retenidos han estado permanentemente vigilados por la policía y por los propios miembros de Greenpeace en previsión de posibles atentados. Portavoces de la organización ecologista consideran, pese a todo, que su campaña fue exitosa, dada la repercusión que han tenido sus acciones. "Noruega defiende una mala acción", dijo Stephan Flothmann, de, Greenpeace, "porque rompe un acuerdo internacional, lo que es un ejemplo peligroso".

La tripulación la componía gente procedente de 10 países, algunos de los cuales, como Alemania y Holanda, protestaron oficialmente por la decisión de las autoridades noruegas de incautarse de los barcos en aguas internacionales.