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El interés de la especie humana esta por encima de las libertades individuales, según el Consejo Constitucional francés

Enric González

El interés colectivo de la especie humana y la salvaguarda de la dignidad del cuerpo humano están por encima de las libertades individuales. Ésta es la última adición al cuerpo constitucional francés, anunciada por el Consejo Constitucional de la República tras dos años de reflexión en torno a las leyes sobre bioética.La repercusión política, social y moral de los avances técnicos en reproducción asistida, trasplantes y manipulación genética ha llevado a la más alta magistratura de Francia a considerar que la libertad individual, proclamada en los artículos 1, 2 y 4 de la sacrosanta Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, "debe ser conciliada en cualquier caso con otros principios de valor constitucional". Esto significa que la libertad del individuo no le permite disponer de su propio cuerpo, si ello supone una degradación del mismo. La definición de lo que es degradante, y lo que no, queda en manos del Parlamento.

El Consejo Constitucional no satisface, con su decisión, ni a conservadores ni a progresistas. Fue un grupo de 68 diputados conservadores el que remitió a la alta magistratura las leyes sobre bioética de 1992, con la esperanza de que, al reflexionar sobre la dignidad del cuerpo, los constitucionalistas se refirieran al feto e introdujeran límites infranqueables a las leyes presentes y futuras sobre el aborto, como hizo en su día el Tribunal Constitucional de Alemania. Pero, en su sentencia, el Consejo no trata sobre el aborto porque es el Parlamento quien "ostenta el poder de apreciación y decisión" sobre la legislación referente a esas "cuestiones morales".

Para los progresistas, la anteposición de la dignidad del cuerpo humano sobre la libertad individual tampoco resulta una conclusión del todo satisfactoria. Cuestiones como el aborto y la eutanasia seguirán sin contar con una base constitucional. La legislación sobre bioética de 1992 tiene tres leyes, una general sobre el respeto al cuerpo humano, otra sobre donación de órganos y productos del cuerpo y procreación asistida, y la tercera sobre uso de cuerpos humanos en investigación científica.

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