Guardacostas noruegos retienen a una segunda embarcación de Greenpeace en una difícil escaramuza
Una nueva y dramática escaramuza en el conflicto que enfrenta a la organización ecologista Greenpeace con el Gobierno noruego a propósito de la caza de las ballenas tuvo lugar entre la noche del sábado y la madrugada del domingo cuando guardacostas abordaron el barco Solo de la organización y lo remolcaron hasta el puerto de Egersund.La acción alcanzó momentos de tensión cuando uno de los tres guardiamarinas que hicieron el abordaje, amparándose en las nuevas disposiciones legales aprobadas hace dos semanas, fue arrojado a las aguas, de donde tuvo que ser rescatado por sus compañeros. Otros 14 tripulantes completaron el abordaje, y trasladaron el barco ecologista hasta el puerto mencionado, donde también se encuentra retenido el otro barco de Greenpeace, el Sirius.
En el transcurso de la semana que hoy comienza, un tribunal noruego decidirá hasta qué fecha se prolonga la retención de los barcos, y existen posibilidades de que sea hasta el 15 de agosto, cuando oficialmente debe terminar la caza de las ballenas. Tal como había sido anunciado, los activistas de Greenpeace no suspendieron sus acciones en contra de la caza de las ballenas, después de la modificación de la ley por parte del Gobierno noruego. Paralelamente con los enfrentamientos en el mar prosigue la batalla jurídica en los tribunales.
El haber arrojado un guardiamarina al agua significará que el Gobierno acusará a Greenpeace de haber ejercido violencia contra un funcionario del Estado, lo que por lo menos le significará una fuerte multa.
La situación no se presenta muy alentadora para la organización ecologista, que en este problema no cuenta con las simpatías de la población noruega. La policía informó haber impedido una acción de sabotaje que un buzo planeaba realizar contra uno de los barcos de Greenpeace, lo que hizo recordar el hundimiento años atrás del Raimbow Warrior realizado por los servicios secretos franceses.
Por otra parte, las modificaciones a la ley hechas por el Estado noruego son cuestionadas por algunos juristas.
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