El padre de Cristina Sánchez la apoderará hasta fin de temporada

La novillera Cristina Sánchez, que recientemente rompió con su apoderado, el ex matador de toros francés André Viard, deja los contratos del resto de la temporada en manos de su padre, el banderillero Antonio Sánchez, que también forma parte de su cuadrilla. Cristina ha toreado en lo que va de temporada tan sólo nueve festejos, en los que cortó un total de 16 orejas.

Este número de actuaciones es inferior en cuatro a las que llevaba en similares fechas de la temporada de 1993, de lo que culpa a su ex mentor, aunque en el escaso tiempo en que su padre actúa como apoderado, éste ha conseguido firmarle casi 30, con lo cual finalizará 1994 con cerca de 40 novilladas, como en 1993.

Viard, por su parte, ha centrado sus malas relaciones profesionales con su ex poderdante en la figura del padre de la torera, al que acusa de sus excesivas intromisiones en la carrera de su hija.

Cristina se resiste a hablar del polémico tema, limitándose a subrayar su obligación: "Cortar el mayor número de orejas para ayudar las gestiones de mi padre en los despachos. Los triunfos son el mejor apoderado". De entre sus próximas actuaciones buscadas por su padre, destacan las de varias plazas de primera y segunda categoría, en las que ya triunfó en 1993 y donde no había repetido hasta ahora, como son los casos de Zaragoza, Barcelona y Logroño.

Vetada por novilleros

También ha sido contratada para las dos ferias novilleriles mas importantes, las de Arnedo (La Rioja) y Algemesí (Valencia), que se celebran en el mes de septiembre: "Allí podré competir con mis compañeros, la mayoría de los cuales no me ponen problemas, aunque hay otros, que suelen ser los que ocupan los altos lugares del escalafón, que no quieren actuar conmigo". Cristina lanza la piedra pero no esconde la mano y señala a Vicente Barrera, Javier Conde y Francisco Rivera Ordóñez como los que más se destacan por vetarla."En Arnedo nos dieron a elegir ganado", explica, "y cuando ya estaba puesta en la novillada de El Torreón, nos llamaron los organizadores para decirnos que no podía ser porque alguna de estas teóricas figuras me habían vetado en ese cartel".

A Cristina le duele mucho este veto y su única respuesta es que "el que huye es por algo, si me tienen miedo es porque consideran que soy mejor; cosa que ni siquiera me dejan demostrar. Allá ellos". En cualquier caso, dice que no le va a afectar en su carrera: "Llegaré a figura también como matadora de toros".

Por ahora, y tras el rodaje de esta temporada, su máxima ilusión es presentarse en Madrid a principios de 1995, una idea que el empresario de Las Ventas, José Luis Lozano, apoya y que le sirve a Cristina de dardo final: "Por cierto, dos de mis vetadores aún no han venido a dar la cara en Las Ventas, e incluso uno de ellos, Barrera, va a tomar la alternativa antes de hacerlo".