La confusión y el misterio rodean el atentado antijudío de Buenos Aires que causó 30 muertos
El eco del brutal estampido provocado por la carga explosiva que redujo hasta los cimientos el edificio de siete plantas de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) parecía atrónar todavía ayer en las cabezas de todos los que se esfuerzan por investigar el cómo y el quién de un atentado que sigue sin ser reivindicado. Los muertos ya son 30, hay más de 150 heridos y se calcula que entre 60 y 70 personas continúan desaparecidas bajo los escombros. El Gobierno argentino no ha confirmado ninguna de las versiones sobre cómo se produjo la explosión, pero el presidente Carlos Menem anunció la detención en un paso fronterizo de un ciudadano iraquí que llevaba un pasaporte brasileño caducado en 1963.
Adnan Mohamed Yasif, de 31 años, fue detenido en la ciudad argentina de Paso de los Libres, a 800 kilómetros al norte de Buenos Aires, cuando intentaba cruzar: el puente que conduce a la vecina ciudad brasileña de Uruguayana.
Menem también anunció la detención del súbdito marroquí Palkan el Kebir, de 33 años, que fue apresado en su casa. Sin embargo, la pareja formada por un iraní y una alemana que fue detenida en la tarde del lunes en el aeropuerto de Buenos Aires, fue puesta en libertad incondicional avanzada la noche. Poco después de que el presidente argentino admitiera que "tal vez aflojó un poco la seguridad", un portavoz anunció la creación de una Secretaría de Seguridad.
En Jerusalén, el primer ministro israelí, Isaac Rabin, atribuyó la matanza al "factor islámico". "Me refiero", aclaró, "a los que, obedecen a Irán, como Hezbolá en Líbano, y al Movimiento de la Resistencia Islámica (Hamás) o la Yihad Islámica". Sin embargo, Irán desmintió cualquier participación en el atentado. Un funcionario del Gobierno argentino admitió que la Central Nacional de Inteligencia (CNI) había recibido de sus colegas brasileños un informe sobre el funcionamiento de una supuesta "base de apoyo" logístico de la organización Hezbolá, instalada en el sur de Brasil y en Ciudad del Este, en Paraguay.
Policías israelíes y españoles expertos en lucha antiterrorista se desplazaron ayer a Argentina para colaborar con los servicios de seguridad de ese país en la investigación de los hechos y la captura de los autores del atentado.
Menem atribuyó el atentado a "organizaciones no argentinas", a lo que contestó de inmediato Rubén Beraja, presidente de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAlA): "No podernos caer en el simplismo de creer que todo es producto de un grupo extranjero. Del Gobierno esperamos resultados, no declaraciones. Ya en ocasión del atentado contra la Embajada israelí, hace dos años, el Gobierno argentino se comprometió a realizar una investigación y, si juzgamos por los resultados, es evidente que ha quedado en deuda". Beraja convocó una marcha de repulsa contra el atentado que se celebrará mañana.
Imágenes desgarradoras
Las cadenas de televisión retransmitieron en directo desde el lugar del suceso y desde los hospitales a los que fueron trasladados los heridos, las imágenes desgarradoras de padres, hermanos, adolescentes y niños que preguntaban entre gritos, convulsiones y ataques de llanto por el destino de parientes y amigos. Un superviviente asomaba entre las ruinas del edificio de la AMIA cuando se cumplían 25 horas de la explosión. Otro fue rescatado ayer, 31 horas después de la explosión.
Lo bomberos trataban de cortar la viga que le machacaba el cuerpo, para rescatarlo. Los médicos tenían preparado un equipo quirúrgico de emergencia con el que pensaban amputarle las piernas cuando ya no hubiera otra posibilidad de sacarlo con vida de allí. Esa tremenda escena extendía aún más la onda expansiva del horror que la tragedia causó en todo el país.
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