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Tribuna:INTELECTUALES POR LA LIBERTAD
Tribuna
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Rushdie abre la lucha por Taslima Nasrin

Un grupo de escritores lanza una campana de solidaridad con la autora bangladesí

Querida Taslima Nasrin:Estoy seguro de que ya está cansada de que le llamen Ia Salman Rushdie femenina" -qué ser tan extraño y cómico resultaría- cuando usted siempre pensó que era la Taslima Nasreen femenina. Siento que le hayan colgado mi nombre al cuello, pero quiero que sepa, que muchas personas, en muchos países, están trabajando para garantizar que ese tipo de frases publicitarias no oculte su identidad, las características únicas de su situación y lo importante que es luchar para defenderla, a usted y sus derechos, de quienes se alegrarían de verla muerta.

En realidad, son nuestros adversarios los que parecen tener cosas en común, los que parecen creer que el linchamiento y el terrorismo cuentan con la aprobación divina. Así que en lugar de convertirla a usted en un Rushdie femenino, quienes escriben los titulares deberían referirse a sus oponentes como Ios iraníes de Bangladesh". ¡Qué triste debe de ser creer en un Dios de sangre! ¡Qué islam han construido estos apóstoles de la muerte, y qué importante es tener el valor de disentir de esa clase de islam!

Taslima, se me ha pedido que inaugure una serie de cartas abiertas en su apoyo que serán publicadas en unos veinte países europeos. Grandes escritores han accedido a otorgar su peso a la campaña en su favor: Czeslaw Milosz, Mario Vargas Llosa, Milan Kundera y muchos más. Cuando se realizaron campañas. de cartas para apoyarme, sentí que me daban muchísima fuerza y ánimos, y sé que ayudaron a modelar la opinión pública y la actitud de los Gobiernos de muchos países. Espero que nuestras cartas le den a usted un consuelo y ánimo similares, y que la presión que ejerzan sea de utilidad.

Usted ha hablado abiertamente de la opresión que sufren las mujeres bajo el islam, y era necesario decir lo que ha dicho. En Occidente hay demasiados apologetas elocuentes que trabajan para hacer creer a la gente la ficción de que no se discrimina a las mujeres en los países musulmanes, o de que, cuando se hace, no tiene nada que ver con la religión. Según ese argumento, la inutilación sexual de las mujeres no proviene del islam. En teoría, puede ser cierto, pero en la práctica, en muchos de los países donde esto sucede, los mulás lo apoyan plenamente. Luego están los incontables (y no contados) delitos violentos en el hogar, las desigualdades de algunos sistemas legales, que valoran menos los testimonios de las mujeres que los de los hombres, la expulsión de las mujeres de sus puestos de trabajo en todos los países en los que los islamistas han llegado al poder o se acercan a él, y así sucesivamente. También ha hablado usted abiertamente sobre los ataques que han sufrido los hindúes en Bangladesh tras la destrucción de la mezquita de Ayodhya, en la India, por parte de extremistas hindúes. Por eso atacaron los fanáticos su novela Laija, y su vida estuvo en peligro por primera vez. Pero cualquier persona ecuánime estará de acuerdo en que un ataque religioso de musulmanes contra hindúes inocentes es igual de malo que un ataque de hindúes contra musulmanes inocentes. Esta simple equidad es el objetivo de la ira de los fanáticos, y es esa equidad la que tratamos de defender al defenderla a usted.

Se le acusa de haber dicho que se debería revisar el Corán (aunque usted ha dicho que sólo se refería a la sharia o ley islámica). Puede que se haya enterado de que la semana pasada las autoridades turcas anunciaron un proyecto para revisar la sharia, así que al menos en ese aspecto no está usted sola. Otra sencilla cuestión: aunque usted hubiera dicho que se debería revisar el Corán para eliminar las ambigúedades en relación con. los derechos de la mujer, y aunque todos, los hombres musulmanes del mundo estuvieran en desacuerdo con usted, la suya seguiría siendo una opinión perfectamente legítima, y ninguna sociedad que quiera encarcelarla o ahorcarla a usted por expresarla puede llamarse libre.

Los fundamentalistas siempre dicen que lo que buscan es la sencillez, pero de hecho son oscurantistas en todos los aspéctos. Lo sencillo es estar de acuerdo en que si uno puede decir "Dios existe", otro puede decir también "Dios no existe"; en que si uno puede decir "odio este libro", otro puede decir también "pues a mí me gusta mucho". Lo que no es tan sencillo es que nos exijan creer que sólo hay una verdad, una forma de expresar esa verdad, y un castigo -la muerte- para los que dicen que eso no es así.

Como usted sabe, Taslima, la cultura bengalí -y me refiero tanto a la cultura de Bangladesh como a la de la Bengala india- siempre se ha sentido orgullosa de su carácter abierto, de su libertad para pensar y argumentar, de sus controversias intelectuales, de su falta de fanatismo. Es una lastima que su Gobierno haya decidido ponerse del lado de los extremistas religiosos contra su propia historia, su propia civilización, sus propios. valores. Los bengalíes siempre han entendido que la libertad de expresión no es sólo un valor occidental, también es uno de sus grandes tesoros. Es esa cámara del tesoro, la cámara del tesoro de la inteligencia, la imaginación y la palabra, la que sus adversarios están tratando desaquear.

He visto y oído informaciones en las que se afirma que usted es todo tipo de cosas horribles: una mujer difícil, una defensora (el horror de los horrores) del amor libre. Permítame garantizarle que los que trabajamos por usted sabemos bien que en situaciones tales es normal la difamación personal, y que hay que contar con ella. También en esta cuestión la sencillez tiene algo que decir: incluso a las defensoras difíciles del amor libre se les debe permitir seguir vivas, porque si no, sólo nos quedaríamos con los que creen que el amor es algo por lo que hay que pagar un precio, tal vez un precio terrible.

Taslima, sé que ahora mismo debe de haber un enorme conflicto en su interior. En un momento, se sentirá débil e indefensa, y al siguiente se sentirá fuerte y desafiante, Unas veces se sentirá traicionada y sola, y otras tendrá la, sensación de que representa a muchos que están silenciosamente con usted. Puede que en sus momentos más oscuros crea que hizo algo malo, que las procesiones que exigen su muerte pueden tener algo de razón. Ése es el primer demonio que debe exorcizar. Usted no ha hecho nada malo. Son los otros los que han hecho algo malo contra usted. Usted no ha hecho nada malo, y estoy seguro de que pronto será libre.

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