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EL REGRESO DE ABU AMAR

El movimiento radical Hamás da la espalda al dirigente palestino

El coqueteo del recién llegado Yasir Arafat, líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), con las fuerzas del islam no ha funcionado. Ayer, los líderes del Movimiento de la Resistencia Islámica (Hamás) no aparecieron por el hotel Palestina, donde Arafat ha establecido su dirección temporal con la secreta esperanza de pactar una conveniente tregua con sus adversarios.

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Arafat, fugazmente abordado en la calle en uno de sus escasos paseos a pie de menos de 50 metros en Gaza, resolvió eludir la pregunta de qué es lo que piensa hacer para involucrar a Hamás en su proyecto nacionalista. "Mañana daré una conferencia de prensa, entonces os daré una respuesta", dijo a EL PAÍS, mientras sus guardaespaldas rompían cámaras y eliminaban a culatazos la presencia de periodistas. "Mañana", en lenguaje palestino tiene el mismo significado que en español pero con muchísimo menos sentido de urgencia.Ninguno de los líderes de Hamás, que fueron invitados a participar en los actos oficiales de Gaza, apareció ayer en los escenarios más fotografiados. Arafat, en su discurso inaugural en Gaza, lanzó el anzuelo al rendir homenaje al jefe de Hamás, el jeque Ahmed Yasín, y exigir su inmediata libertad de las celdas israelíes. Pero en la comunidad radical que ha recurrido al islam ante el fracaso del sistema laico de izquierdas nadie parece confiar plenamente en la autenticidad de la súbita expresión de solidaridad de aquellos que les atacan con el Corán en la mano.

Es más, las más altas instancias del movimiento islámico se negaron a una fácil utilización periodística de la ocasión. Así, el doctor Mahmud. Zahar, uno de los más prominentes pensadores del movimiento islámico en Palestina que se ha ganado respeto popular con un año de destierro en las inhóspitas montañas del sur de Líbano, está definitivamente en contra de brindarse a ser fotografiado estrechando las manos de Arafat.

Hamás quiere hablar de hechos concretos que han sido definitivamente eclipsados por el espectáculo: Arafat llega, se llora, se espera, se reza. Pero en el fondo del compromiso secreto entre los promotores de una verdadera liberación -no una autonomía limitada y circunscrita a territorios que no exceden el 10% de una extensión de la Palestina histórica- late la idea de que la libertad musulmana, el derecho religioso, nunca puede existir sin la reconquista de Jerusalén.

Siria contra Rabin

Pero la oposición al acuerdo de autonomía palestina no es sólo interna. Siria, uno de los países más influyentes en el difícil escenario de Oriente Próximo nunca ha apoyado el acuerdo firmado en Washington el 13 de septiembre pasado. Desde que Arafat llegó a Gaza, Damasco ha evitado hacer cualquier comentario oficial sobre la histórica visita. Por el contrario, las autoridades sirias han aprovechado la ocasión para acusar al primer ministro israelí, Isaac Rabin de torpedear los esfuerzos del secretario de Estado norteamericano, Warren Christopher, para romper el punto muerto de las conversaciones de paz entre Siria e Israel.

El diario oficial Syria Times escribió ayer que las declaraciones de Rabin en el sentido de que Israel puede permanecer en los Altos del Golán, capturados durante la guerra de 1967, durante otros 27 años, no ayudan nada a la causa de la paz. "Era de esperar que el primer ministro israelí hubiese anunciado medidas positivas que facilitasen la labor del secretario de Estado norteamericano; pero sus declaraciones sobre la ocupación del Golán sólo sirven para plantear nuevas dificultades a la misión", reza el diario. Christopher tiene previsto iniciar una nueva gira en la región a partir del próximo día 17.

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