¡Vapor Bosnia!
Vidas cruzadas. Hace un año no se conocían. Uno, Javier, se proclamaba triunfador en la Feria de San Isidro; otro, el sargento Gallardo, a muchos kilómetros de aquí, hablaba de toros con otros cascos azules en los escasos tiempos muertos que les dejaba el desempeño de la acción humanitaria y la añoranza. Hoy son dos protagonistas de la corrida de la Beneficencia.La afición, el recuerdo y, probablemente, la necesidad de mantener el contacto con lo que se quedó en España llevó a nuestros soldados a fundar una peña taurina a la que denominaron Medjugorje, en homenaje al pequeño pueblo bosnio en el que desempeñaban su misión. ¡Hasta pensaron impulsar la celebración allí de una corrida de toros! A su regreso, todavía impresionados por la situación que habían dejado en Mostar, decidieron continuar ayudando a tantas víctimas de la sinrazón; su afición, los toros, podía ser un buen camino.
También, ahora hace un año, José Miguel Arroyo, Joselito, había dado el primer paso retomando la tradicional generosidad del mundo de los toros y posibilitando con su gesto la recuperación del carácter altruista de la corrida de la Beneficencia.
La Comunidad de Madrid, dió el primer paso poniendo una espléndida corrida de Samuel Flores antes de la confección de los carteles de San Isidro. Eran los toros de la Beneficencia. Deseosos de mantener el prestigio del principal festejo del año, se escogió una corrida de gran trapío y del gusto de la exigente plaza de Madrid. El pasado jueves, cuando se desencajonaron en los corrales de Las Ventas, los samueles superaban todas las expectativas. Tras la finalización del ciclo isidril, la idea y la corrida de Samuel se pusieron a disposición del escalafón. En justicia, hay que señalar que Javier Vázquez se había ofrecido incondicionalmente muchos meses antes; otros lo hicieron y luego desistieron; muchos otros se ofrecieron... Con ellos fue posible confeccionar el cartel que hará el paseíllo esta tarde.
Por delante, caballeros para los que gustan del rejoneo; los hermanos Domecq, triunfadores en la feria. Después, una terna de matadores que han realizado faenas muy meritorias en el abono y que representan esa nueva generación de toreros jóvenes de gran calidad, artistas y valientes: Miguel Rodríguez, Javier Vázquez y Pepín Liria. Todos con generosidad.
En estos tiempos, la fiesta de los toros está, lentamente, pasando a ser algo que se produce por y para la televisión. La gran inflación de corridas televisadas permite, una tarde tras otra, ver en las distintas cadenas una proliferación de toritos romos y faenas clónicas. Por eso interesa un festejo con los auténticos ingredientes que hacen de nuestra fiesta un espectáculo único, del que merece la pena ser partícipe. Toros en punta, de gran trapío, y toreros triunfadores y valerosos merecen la respuesta generosa de Madrid. Los mimbres están puestos, y, además... ¡Va por Bosnia!
es vicepresidente del Consejo del Centro de Asuntos Taurinos.
Babelia
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