Javier Tomeo aborda por primera vez el teatro con 'Los bosques de Nyx'
La obra, dirigida por Miguel Bosé, abrirá el festival de Mérida
Doce heroínas clásicas; doce mujeres que perdieron a maridos o a amantes, a hijos o a padres, en las antiguas guerras, rescatadas de los textos clásicos. Éste es el material del que ha partido el escritor Javier Tomeo para abordar su primer texto teatral, Los bosques de Nyx, que abrirá el próximo 1 de julio el Festival de Teatro Clásico de Mérida, bajo la dirección de Miguel Bosé y con la participación de Marisa Paredes y Mercedes Sampietro.
Tomeo, que ha visto adaptadas varias de sus novelas al teatro en medio mundo, no había intentado hasta ahora escribir una obra. "La idea era escribir algo, un oratorio, aunque sé que ésta no es la palabra correcta, inspirado en la mujer como víctima de la guerra, como víctima pasiva de la guerra".En un bosque de adormideras sitúa Tomeo la acción. Y allí reúne a esas 12 mujeres. "Son mujeres víctimas de la guerra de Troya que han regresado al mundo de hoy, viven en un mundo fuera del tiempo y del espacio, mágico, recordando sus pasiones y angustias, planteando cómo se podría haber evitado la guerra", señala Tomeo. El reparto es rotundo. Encarnando a Penélope, la mujer que hacía y deshacía cada día el sudario del rey Laertes en espera de Ulises, o a Helena, la razón última de la guerra, o a Electra, la hermana de Orestes que vengó el asesinato de su padre -y así hasta 12-, las siguientes actrices: María Fernanda d'Ocón, Ana Marzoa, Beatriz Carvajal, Marga González, Marisa Paredes, Mercedes Sampietro, Asunción Sánchez, Natalia Menéndez, Juana Cordero, Pilar Rebollar, Montse G. Romeu y María Adánez.
"Parto de unos personajes ya creados, hechos, pero vistos con una mentalidad de hombre del siglo XX, casi del siglo XXI. La ventaja es moverte entre personajes maravillosos, inmortales, arquetípicos; en realidad, mi misión ha sido simplemente ensamblar estas piezas maravillosas, psiques atormentadas y al mismo tiempo unificadas por la guerra", asegura Tomeo, cuyo único temor ante el estreno es haber podido caer "en sacrilegio": "Que quede claro que la fuerza de estos personajes está por encima de toda interpretación y de cualquier tratamiento que se les dé, que no les afecta".
La presencia de Javier Tomeo en el teatro no es nueva. Su carrera se inició en 1987, cuando se estrenó en Francia la adaptación de Amado monstruo, obra que ha sido después representada en Italia, Alemania, Dinamarca, Portugal y Suecia. A ésa han seguido otras adaptaciones, de El mayordomo miope y El cazador de leones. En marzo de 1995, la Comédie Française llevará al escenario El castillo de la carta cifrada.
Ahora, el primer texto escrito expresamente para teatro. "Siempre he tenido fama de hacer dialogar bien a los personajes", afirma Tomeo. "Lo que más varía con respecto a la narrativa es el principio de economía de lenguaje. Las palabras que en un texto narrativo pueden ser necesarias no tienen el mismo peso específico en el teatro; la palabra no es la misma para ser leída que para ser pronunciada".
A los bosques de Nyx, donde viven las 12 mujeres, "se presenta un día un mensajero [Gabriel Moreno], que quiere rescatarlas del pozo para que con el recuerdo de sus dolores convenzan a la gente de que detengan la guerra", explica el escritor. ¿No da ello a la obra un gran contenido moral? Tomeo contesta: "La guerra es un absurdo, y aquí se trata de unir una voz más a los miles que han clamado contra el absurdo de la guerra; ésta es una más que abomina de la guerra".
Tomeo, que ha utilizado un 80% de material propio, además de fragmentos de Sófocles, Eurípides y Homero, cree en la actualidad de su obra "en un mundo lleno de pequeñas guerras. Nos hemos pasado muchas décadas pendientes de la guerra fría, y ahora estallan cada vez más guerras pequeñas. La pregunta que invade entonces es quién está detrás, quién excita las masas, quién se aprovecha de estos conflictos. Los protagonistas no son los culpables, sino quien está detrás de ellos".
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