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Entrevista:

"El lenguaje acuña lo esencial"

Guillermo Altares

Carmen Martín Gaite (Salamanca, 1925) era una escritora conocida, pero minoritaria, hasta la publicación de Usos amorosos de la postguerra en España. Este ensayo sobre la vida cotidiana en la España rota de después de la guerra se convirtió en un auténtico éxito de ventas. Desde entonces, con un libro para niños, Caperucita en Manhattan, y la novela Nubosidad variable, es una de las autoras más populares del panorama literario.Poco antes de comenzar la Feria del Libro, Anagrama. publicó sus Cuentos completos y un monólogo y su nueva novela, La Reina de las Nieves. Con un título tomado de un cuento de Andersen, este libro narra una historia llena de misterios, que transcurre entre la realidad y la ficción, un relato en el que un hombre tiene que descubrir el pasado. '

Pregunta. ¿A qué cree que se debe el éxito que ha alcanzado con sus últimos libros?

Respuesta. Siempre he sido una escritora que he vendido de una forma bastante igual, pero no espectacular, hasta Usos amorosos de la postguerra. Creo que en Nubosidad variable muchas mujeres han sentido una identificación feroz con el personaje de Sofía Montalvo. Ven una persona viva a la que quieren conocer. Son problemas de fontanería, de transporte, de que los hijos se han ido de casa y no estás segura y te angustia.

P. Siempre ha dicho que está muy orgullosa de tener muchos lectores jóvenes.

R. La literatura buena, la que te llega de verdad, no tiene que ser un virtuosismo. Es como si abres una ventana que te deja soñar. Este sentimiento no tiene edad. Me parece que las personas mayores no ponemos siempre la barrera, lo hacen muchas veces los jóvenes.

P. En sus novelas, los personajes hablan muchísimo. Usted recrea un lenguaje popular, que le llega a todo el mundo.

R. En la época en la que crecí la gente hablaba más, y ese buen oído para escuchar la conversación de los demás es una cosa de infancia. He tenido un especial interés por captar las formas de hablar populares. Más que fijarme en otras cosas, me fijo en el habla. A mis personajes se les conoce más por lo que dicen que por lo que el autor dice de ellos. Me imagino cómo pueden estar hablando, los escucho. Las conversaciones son fundamentales para entender cómo piensan, y eso me exime de tener que decir: "Tenía unos impulsos orgullosos o era muy altivo".

P. En el prólogo explica que esta novela estuvo aparcada durante casi ocho años años y luego la retomó al terminar Nubosidad variable.

R. El lenguaje acuña lo esencial. Al volver a coger el libro después de ese tiempo, me he dado cuenta de que ni la gente joven que conozco se divierte de esa manera ni tienen esos problemas. Es tan inadvertido el paso del tiempo que en dos años pueden haber cambiado las cosas sin que te des cuenta. La herida que deja el tiempo es muy profunda. La notas sobre todo cuando ha ocurrido algo que ha dividido el tiempo en dos y empiezas a pensar: "Esto ocurrió antes o después". A veces el tiempo pasa como de puntillas, como en el juego del escondite inglés, que te vuelves y ya se han cambiado de sitio los jugadores.

P. La Reina de las Nievas es una novela llena de misterios, intrigas, con caserones góticos y personajes que vagan como fantasmas.

R. Es una novela romántica, muy espectral. La distinción dificil que tiene el protagonista entre la alucinación y la realidad se llega a propagar al lector. Es una novela que tiene bastante de mis raíces gallegas. Es un libro de pesquisa.

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Sobre la firma

Guillermo Altares
Es redactor jefe de Cultura en EL PAÍS. Ha pasado por las secciones de Internacional, Reportajes e Ideas, viajado como enviado especial a numerosos países –entre ellos Afganistán, Irak y Líbano– y formado parte del equipo de editorialistas. Es autor de ‘Una lección olvidada’, que recibió el premio al mejor ensayo de las librerías de Madrid.

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