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Los colonos de las fincas del Patrimonio del Estado cedidas a la Comunidad se aferran a sus tierras

La Comunidad de Madrid es uno de los terratenientes de Aranjuez (38.000 ha bitantes). Heredó del Patrimonio del Esta do tres fincas que, sin embargo, no puede aprovechar, como quisiera, para fines educativos o turísticos. Sacar partido de aquellas tierras es una "pura utopía", según el diputado del PP José María de Federico, portavoz de su grupo en la comisión regional de Agricultura. Los numerosos proyectos previstos tanto por la Comunidad como por el Ayuntamiento de Aranjuez para las fincas de Legamarejo, Rebollo y Sotomayor son irrealizables porque aquellos terruños tienen inquilinos: agricultores con derechos adquiridos con los que la Comunidad intenta ahora llegar a acuerdos.Seis meses después de la transferencia de tierras del Patrimonio del Estado a la Comunidad, el Gobierno regional tendrá que congelar sus iniciativas sobre la tierra hasta 1997, año en que finalizan los contratos de arrendamiento de los agricultores, o incluso pleitear en los tribunales por la propiedad de estas fincas.

Entre los numerosos proyectos previstos para estas fincas de la mejor tierra de la vega están la creación de una escuela de agricultura biológica, la instalación de un campus tecnológico de la Universidad Complutense en Legamarejo y la creación de una gran zona recreativa y de ocio en Rebollo.

De los 90 colonos, 21 han solicitado desde hace más de un año el acceso directo a la propiedad de esos terrenos al considerar que según la ley tienen prioridad al estar ligados mediante contratos durante varias generaciones y desde. el siglo XIX a esas propiedades. La respuesta de la Comunidad de Madrid ha sido la creación de una junta arbitral de tasación para conocer el valor de mercado de esos terrenos y el ofrecimiento de un intercambio de tierras en Sotomayor, que los agricultores no han acogido con entusiasmo.

Los agricultores temen quedarse sin trabajo ni tierras en 1997, según Ana García, miembro de la comisión de afectados.

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