Dimite el ministro japonés de Justicia por negar los crímenes de guerra nipones
El primer ministro japonés, Tsutornu Hata, aceptó ayer la dimisión de su ministro de Justicia, Shigeto Nagano, cuyas escandalosas declaraciones desmintiendo los crímenes de guerra del Imperio del Sol Naciente han levantado una oleada de protestas entre los países vecinos. Nagano llegó a tachar de "pura invención" la matanza por el Ejército imperial de decenas de miles de civiles en la antigua capital china de Nanjing, en diciembre de 1937.
Hata, que se encuentra al frente de una Gobierno minoritario, se vio forzado a prescindir de este conflictivo miembro de su mismo partido, el Shinseito (Partido de la Renovación), antes de que la tormenta política desatada por sus palabras tuviera mayores consecuencias.En una entrevista aparecida el miércoles en el diario Mainichi Shimbun, Nagano, de 71 años y antiguo militar de carrera, tachó de fabricación histórica el asesinato de más de 155.000 civiles -según el tribunal de guerra de Tokio de 1948- por las tropas japonesas que conquistaron Nanjing. Los historiadores chinos consideran ese número es muy inferior al real y cifran el total de civiles muertos en unos 300.000.
Opinó también el ex ministro que es erróneo definir la campaña librada por Japón en el Pacífico antes y durante la II Guerra Mundial como una guerra de agresión por parte de sus país. China, Corea del Norte, Corea del Sur, Vietnam, Taiwan y Singapur reaccionaron con virulencia a las declaraciones de Nagano. Pekín y Seúl incluso llamaron a consultas a sus embajadores en Tokio.
Abierta la caja de Pandora sobre el resurgir del militarismo japonés que tanto preocupa a sus vecinos, Nagano se retractó el viernes en una conferencia de prensa de sus palabras, pero el sus declaraciones sonaron poco convincentes y tanto fuera como dentro de Japón se insistió en que abandonara el Gobierno.
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