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La ONU y Moscú disienten sobre la presencia militar rusa en la antigua URSS

Pilar Bonet

El secretario general de la ONU, Butros Butros-Gali, y los dirigentes rusos hicieron ayer manifiestas sus diferencias sobre la presencia militar de Rusia en el territorio de la antigua URSS durante la visita oficial que Gali realizó a Moscú.

Rusia quisiera aprovechar la consideración de tropas de pacificación de la ONU para sobrepasar los niveles de equipamiento y armamento que le son permitidos en función del Tratado de Fuerzas Convencionales en Europa, según se desprende de las declaraciones efectuadas ayer por el ministro ruso de. Defensa, Pável Grachov, tras su reunión con Butros-Gali.

Grachov transmitió a su interlocutor el deseo del Kremlin de dar estatuto de fuerzas de la ONU a las tropas que Moscú considera como pacificadoras, y, saliendo al paso de las dificultades financieras de la ONU, ofreció hacerse cargo de parte de los gastos de traslado y alojamiento de los soldados. Grachov ha propuesto en repetidas ocasiones una revisión del citado tratado, un documento negociado en 1990 entre la OTAN y los países del Pacto de Varsovia que pone límites máximos al armamento terrestre que puede estacionarse en los flancos norte y sur de la OTAN.

Imposible en solitario

Butros-Gali aseguró el domingo en una entrevista televisiva en Moscú que no veía inconveniente para la puesta en práctica de operaciones pacificadoras en el territorio de la ex URSS "bajo la bandera rusa". No obstante, consideró "imposible" que los soldados rusos actúen en solitario en Tayikistán o en el Cáucaso bajo la bandera de la ONU. Butros-Gali ofreció a Moscú la opción entre recibir ayuda de la ONU en estas operaciones o integrarse en un contingente mi litar más amplio bajo la bandera de la ONU. En su opinión, si se consigue convencer al Consejo de Seguridad de la necesidad de una operación pacificadora en Georgia, Abjazia o Tayikistán, las tropas rusas no deben superar el 20% o el 30% del contingente pacificador, y el 70% res tante debe corresponder a otros países. Si el Consejo de Seguridad no da el visto bueno para en viar tropas pacificadoras a los te rritorios en la antigua URSS se puede recibir un mandato para enviar observadores, señaló.

En presencia del secretario general de la ONU y del ministro de Exteriores de Rusia, Andréi Kózirev, representantes de Georgia y de la región secesionista de Abjazia firmaron ayer en Moscú un acuerdo que permite el retorno de los fugitivos del conflicto a sus hogares, así como un llamamiento a la ONU para que envíe tropas pacificadoras a la región.

Por otra parte, en Tallin, el Gobierno de Estonia está categóricamente en contra de que Rusia reciba un mandato pacificador en el territorio de cualquier Estado, según manifestó la agencia Interfax, citando al ministro de Exteriores de Estonia, Yuri Luik.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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