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El teléfono para niños en apuros ha recibido 1.500 llamadas en su primer mes

El miedo a las represalias de la pandilla copa una importante parte de las consultas

Rosa Rivas

En su primer mes de funcionamiento, la línea telefónica abierta exclusivamente para niños en apuros ha registrado 1.500 llamadas y ha deparado tres sorpresas. La primera es que las denuncias de maltrato no son tantas como se esperaba. La segunda es que llaman más las niñas que los niños, y la tercera, que los chavales temen las represalias de las pandillas. El gran volumen de llamadas en el teléfono, que empezó a funcionar el 10 de febrero, ha movido a sus organizadores a paralizar la siguiente campaña y a estudiar la forma de ofrecer un servicio más continuado.

"Me encuentro solo", "mis padres no me entienden" o "tengo miedo de las pandillas" son las tres quejas que más escuchan los que atienden a este número infantil, bautizado como Nuestro teléfono, y que está recibiendo llamadas fundamentalmente procedentes de Madrid, Andalucía y Canarias.Al principio, los que se han atrevido a llamar dudan, tartamudean, pero luego sueltan su problema de carrerilla. "Se expresan muy bien", dice el director de la línea, Isidro Villoria, que asegura que las voces más expresivas son femeninas y tienen de 10 a 15 años.

De acuerdo con sus confidencias telefónicas -que pueden durar de 20 minutos a 3 horas-, para los pequeños ciudadanos españoles es un drama estar solos en casa, física y psíquicamente, y que los adultos con quienes viven sean gigantes inaccesibles que, además, les pegan de cuando en cuando.

Pero otro foco creciente de su angustia está justamente en el colegio, donde el listo de la clase les tiraniza cobrándoles unos duros diarios de impuesto revolucionario o les impone otros castigos, como llevar a casa la, cartera de otros listos de la pandilla. "Ten cuidado, no sea que se chiven", advierten los niños por teléfono.

Los telefonistas les tranquilizan, les prometen confidencialidad y les aseguran que, de hablar con sus profesores, éstos actuarán también con tacto. "Lo de las mafias escolares es un fenómeno nuevo y muy sutil, que se suele escapar de la atención de profesores y directores de colegio", señala el director de Nuestro teléfono.

Este servicio se ampliará en breve a los fines de semana y se convertirá en un servicio de 24 horas, pero el teléfono funciona de momento de lunes a viernes, de nueve de la mañana a once de la noche. Aun así, los niños se apañan para llamar a todas horas, aunque sea desde una cabina.

Los responsables de Nuestro teléfono tenían en cartera una difusión por colegios y centros de infancia, pero la avalancha de consultas ha congelado la campaña hasta abril. Prensa y televisión recogieron la creación del número, bendecido por la ministra de Asuntos Sociales, Cristina Alberdi, pero ha sido la radio -con un eco de más de 60 emisoras- la fuente de información de los niños, que a su vez han usado su propia radio macuto. "Muchos niños dicen que un amigo les dio el número, y también muchos nos llaman de nuevo para darnos las gracias porque resolvieron su problema", cuenta Villoria.

Los responsables de Nuestro teléfono pretenden que sea una base de datos para el conocimiento de la realidad infantil y juvenil de España contada por sus protagonistas. Ninguna llamada se graba. "Se utiliza un cuaderno de campo, a cada niño se le hace una ficha. Esto es un asunto confidencial dice Villoria. "Tenemos un compromiso con los niños, y se lo hacemos saber. Les cuesta entenderlo, pero es que precisamente ellos se quejan constantemente de falta de confianza hacia el adulto. Dicen que no sabemos guardar sus secretos".

Nuestro teléfono es una iniciativa de la Fundación Nuestro Hogar, ANAR, dedicada desde hace dos décadas a la atención de niños con problemas y sin ambiente familiar. La línea telefónica infantil, a semejanza de experiencias europeas similares, cuenta con la asesoría de psicólogos, psiquiatras, asistentes sociales, maestros y abogados.

Junto a las consultas infantiles, en este mismo teléfono se atienden llamadas de adultos confusos sobre la educación de los hijos o que quieren denunciar situaciones anómalas en las que está implicado algún menor. Con frecuentes colapsos de centralita, el 900 20 20 10 ha dado entrada en un mes a_casi 3.000 consultas de pequeños y mayores.

Al tanto de todo están la Dirección General de Protección del Menor y las comunidades autónomas.

"No existe el mito del niño feliz"

"Ser menor no es una ganga porque el menor vive en un mundo duro y nadie le da derechos ni argumentos para sobrevivir", afirma Pepe Rodríguez, periodista catalán de 41 años que ha investigado los problemas del mundo juvenil y es autor de siete libros. En el más reciente, El drama del menor en España, acusa a la sociedad española de maltratar fisicamente a más de 400.000 niños y psicológicamente a más de 800.000. Unos 300.000 pequeños, dice, podrían ser víctimas de abuso sexual."De los 10 millones d¿ niños que hay en España, más de un millón y medio vive en hogares con fuertes tendencias a emplear la violencia física o psíquica", asegura Rodríguez.

Más de cuatro millones están con familias que utilizan pautas educativas extremas: o muy autoritarias o muy permisivas".

Rodríguez fue un un niño bien tratado, pero sostiene que "el mito del niño feliz no existe. El niño tiene espacios de felicidad y de infelicidad, como todo el mundo, pero con la sociedad y la dinámica familiar actuales, cada vez se incrementan los momentos negativos más que los positivos".

"Hay una gran hipocresía en el trato hacia el menor, incluidos los medios de comunicación, y todos los adultos somos responsables", dice Rodríguez, quien no se cree la fama de que la familia española es cariñosa. "Es un topicazo. No basta con creerse cariñoso y darle al niño todos los juguetes que pida o una sesión de besos diaria. Hay mucha pose en todo eso. Por muy besucona que la familia española pueda ser, estamos fabricando los toxicómanos del futuro, los sectarios, los suicidas... los adultos con problemas de todo tipo".

"Hay que dejar de culpar a la sociedad, a las malas compa ñías, a la televisión...", dice Rodríguez, "y ver las mil pequeñas cosas que estamos haciendo mal en casa. Los padres actuales han hecho dejación de su responsabilidad como educadores, y esto es una parte fundamental de todos los males que pueden surgir en el desarrollo del niño".El autor de El drama del menor en España (Ediciones B) no piensa que esto sea tremendista: "Es lo que hay, y aún soy más pesimista con el futuro. Muchas de las cifras contenidas en mi libro se van a mantener durante años o se van a empeorar".

"Aquí el maltrato físico existe, aunque es anecdótico comparado con otros lugares. Pero encontrar en un país como España, supuestamente desarrollado, más de 400.000 menores sometidos a frecuentes malos tratos físicos es una absoluta miseria humana, denota una sociedad con muchos problemas

El periodista cree que "si un menor pudiese sobrevivir por su cuenta al margen de la familia, miles de niños y adolescentes probablemente harían lo que el norteamericano Gregory Kingsley, el primer niño que consiguió divorciarse judicialmente de su madre".

A propósito de la ley del menor, actualmente en preparación, Rodríguez opina que "puede ser muy buena, pero no conseguiremos nada si no cambiamos la situación en casa. Tenemos que pedir menos cosas a la Administración y más a nosotros mismos y empezar a tratar al niño como a un ser humano, con derechos y obligaciones".

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Sobre la firma

Rosa Rivas
Periodista vinculada a EL PAÍS desde 1981. Premio Nacional de Gastronomía 2010. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense. Master en Periodismo Audiovisual por Boston University gracias a una Beca Fulbright. Autora del libro 'Felicidad. Carme Ruscalleda'. Ha colaborado con RTVE, Canal +, CBS Boston y FoolMagazine.

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