_
_
_
_
REVOLUCIÓN EN EL ANGLICANISMO

"Cada boda o funeral que oficiemos deberá ser perfecto"

Soltera, de 57 años, lleva preparándose desde 1968 para formar parte de un coto reservado hasta ayer a los hombres. El siguiente objetivo es el obispado.

Isabel Ferrer

Sue Rose ocupa un estudio en el último piso de un edificio del siglo XVII que alberga, en la periferia de Bristol, el centro de estudios teológicos Trinity College. Sus colegas bromean diciendo que ella trabaja "en el cielo", una amplia habitación llena de sillas y libros donde retoza su perra, Ambar. Sue tiene 57 años, está soltera y ha esperado casi una década para acceder al sacerdocio. Ayer, junto a otras 32 mujeres, fue ordenada sacerdote. A partir de ahora, dividirá su tiempo entre sus obligaciones pastorales en una parroquia de la ciudad y sus clases de teología.Rodeada de tarjetas de felicitación, Sue se mostraba tranquila y muy ilusionada días antes de su ordenación. Al contrario que muchas de sus compañeras, ella no pensó siempre en el sacerdocio. "A los nueve años fantaseaba con la posibilidad de ser monja pero luego se me pasó. Empecé a sentir la vocación cuando era profesora de educación física en una escuela secundaria. Dios me llamó para que realizara un trabajo como cristiano, en lugar de ser un creyente ocupado en cualquier otra cosa". En 1968 empezó a prepararse para acceder a una parroquia. Luego fue diaconisa (mujer al servicio de la iglesia). En 1987 el sínodo anglicano admitió la presencia de mujeres diácono (dignidad inmediata al v fue ordenada. Pero mientras sus colegas masculinos accedían al sacerdocio uno o dos años después, las féminas fueron relegadas.

Más información
El Vaticano amenaza con romper el diálogo iniciado
Ni Papa ni Virgen María
La Iglesia de Inglaterra consagra sacerdotes a 32 mujeres

"Algunos de nuestros oponentes son en realidad católicos de espíritu dentro del marco del anglicanismo. Rechazándonos han regresado a su verdadera casa. Las protestas de otros ocultan un simple problema de poder. Sostienen que el hombre ostenta la autoridad dentro de la familia. En la familia eclesial el sacerdote debe hacer lo mismo. Algo muy humano pero nada cristiano. Esta es una profesión humanitaria abierta a unos y otras".

Impartir la comunión y absolver tras una confesión, son dos de las cosas que Sue Rose podrá hacer a partir de ahora. "El sacerdocio ha sido para mí un paso lógico, más que una visión desde el principio. Sin embargo, tendré autoridad para descargar de culpa a personas agobiadas por su pasado a las que sólo he podido aconsejar y confortar. Será una forma de demostrarles que puede haber liberación de la culpa; que el miedo ya no atrae a nadie al reino de Dios".

En sus siete años de docencia, Sue sólo recuerda tres casos de abandono. La selección del sacerdote anglicano es larga y rigurosa y los problemas del aspirante no suelen ser de fe. "Todo el mundo tiene dudas, claro, pero se superan. En mi caso tuve problemas antes de prepararme. Me preguntaba si hacía todo esto por afirmación personal o había mayor profundidad espiritual. Por más que lo intenté no pude encontrarle sentido a la vida sin Dios. Y aquí estoy".

Futuro problemático

Algunas de sus compañeras no tienen tanta serenidad y el futuro será más problemático para ellas. "En cierto modo la lucha concluirá después de la ordenación. Seremos más vulnerables, Nuestras sucesoras llegarán al sacerdocio de forma automática. En esta generación, por el contrario, ha habido mucho dolor y discriminación". Sin olvidar que el millar de mujeres que accederá al sacerdocio en los tres próximos meses será observado con sumo cuidado. "Cada boda, bautizo o funeral que celebremos tendrá que ser perfecto. Si no siempre habrá alguien que diga que el fallo se produjo porque era una mujer sacerdote".

Que alguna llegue un día a ser obispo requerirá otra reunión extraordinaria del sínodo y un nuevo cambio en la legislación eclesiástica. "Prirnero tienen que vernos trabajar y comprobar que no sufrimos frecuentes ataques de nervios. En EE UU solucionaron el problema en una sola votación. Aquí se aseguraron de que no pudiéramos convertirnos en el prelado superior de una diócesis". Una función, por otro lado, que califica de solitaria y con demasiados lazos políticos "los obispos se sientan en la Cámara de los Lores". "Si estás cualificado para ser diácono también puedes llegar al obispado. Es cuestión de tiempo, carácter, valía personal y de conocer a las personas adecuadas".

Sue Rose sólo tuerce el gesto una vez durante la conversación. Al hablar del día de la ordenación menciona de pasada la casulla que vestirá. "En blanco y negro con bordados multicolores en la estola y alzacuellos, que no suelo usar. Pero no habrá ningún pase de modelos", dice molesta. Una vez recuperada la compostura y la sonrisa anuncia que ha llegado la hora de almorzar.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_