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La ONU pide el inmediato envío de 10.000 'cascos azules' para garantizar las treguas en Bosnia

La Fuerza de Protección de las Naciones Unidas (Unprofor) necesita de inmediato 10.000 nuevos cascos azules para garantizar la tregua en Sarajevo, y en otros lugares de Bosnia. El enviado especial del secretario general de la ONU a la zona, Yasushi Akashi, declaró ayer en Zagreb: "Sí no obtenemos refuerzos inmediatamente existe el peligro de que se malogren los éxitos a los que llegamos en los últimos días en Sarajevo y en otros lugares de Bosnia". Ayer, la tregua estuvo a punto de saltar en pedazos al abrir los serbios fuego en Sarajevo.

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El jefe de los cascos azules en la antigua Yugoslavia, el general francés Jean Cot, precisó que Unprofor necesita en Sarajevo otros 4.600 soldados y en Bosnia central, donde tendría que consolidarse la endeble tregua entre los croatas y los musulmanes, otros 6.000. Según Cot, los únicos países que pueden movilizar de inmediato las tropas necesarias son Estados Unidos, Francia y Reino Unido. Hasta el momento, Estados Unidos se ha mostrado siempre muy reticente a desplegar tropas de tierra en Bosnia. El primer ministro británico, John Major, mostró ayer su disposición a enviar más cascos azules dentro de un contingente internacional.La fragilidad de las treguas firmadas en Bosnia se volvió a hacer evidente ayer en Sarajevo. Durante unos 20 minutos las armas volvieron a entrar en ación. A las ocho de la mañana, desde el hotel Holiday Inn se escucharon tres potentes detonaciones. A continuación empezó un prolongado tableteo de ametralladora, al que siguieron disparos de armas automáticas. "¡La guerra ha empezado de nuevo!", exclamaban los periodistas. Pero no. Varios disparos más de mediano calibre y se hizo el silencio. Dos horas después, el portavoz de Unprofor, Bill Aikman, daba su versión de lo ocurrido: las fuerzas serbias apostadas en el barrio de Grbavica abrieron fuego de lanzagranadas y armas ligeras contra posiciones de la Armija (Ejército bosnio de mayoría musulmana) en el cementerio judío. Veinte minutos después, los cascos azules franceses que vigilan dicha zona efectuáron varios disparos de aviso contra los serbios. Cesó el fuego.

La violación de la tregua, la más significativa por su duración registrada en Sarajevo desde el 10 de febrero, originó una polémica en tomo al calibre de las armas utilizadas en el ataque. Los lanzagranadas empleados por los serbios son de 80 milímetros, calibre que entra en la categoría de arma pesada. Sin embargo, fuentes de Uriprofor precisaron a este diario que la relación de armas pesadas que los serbios debían retirar en un radio de 20 kilómetros tras el ultimátum de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) incluye carros de combate, piezas de artillería, morteros, misiles, armas antiaéreas y lanzacohetes múltiples. No se hace mención alguna al calibre. Desde este punto de vista, la utilización de lanzagranadas antitanque, arma considerada portátil, no requeriría una respuesta armada de la OTAN por violación del ultimátum.

En el acuerdo de alto el fuego entre bosnios y croatas firmado el pasado 23 de febrero en Zagreb se establece, en cambio, el calibre mínimo -12,7 milímetros- de las armas que deben ser retiradas por ambos bandos. En este caso, los lanzagranadas de 80 milímetros entrarían de lleno en esta categoría. Los oficiales de Unprofor reiteraban con profusión de razonamientos técnicomilitares la no necesidad de una acción de la OTAN por violación del acuerdo de retirada del armamento pesado serbio. El ataque serbio de ayer no produjo víctimas a pesar de que la zona en el que se produjo las posiciones de ambos bandos están muy próximas entre sí.

El Consejo de Seguridad de la ONU comenzó a discutir anoche un proyecto de resolución de Francia, apoyado por Gran Bretaña y España, para restablecer los servicios públicos esenciales en Sarajevo. El proyecto fue presentado tras salvar algunas objeciones que había planteado Rusia.

En otros lugares de Bosnia la tregua firmada por bosnios croatas y musulmanes es generalmente respetada. El alto el fuego entró en vigor el pasado 25 de febrero. Los combates siguen siendo intensos entre las fuerzas serbias y las musulmanas en Maglaj, 130 kilómetros al norte de Sarajevo, y en Bihac. El miércoles, once personas murieron y varias decenas heridas por una granada mientras hacían cola para recibir ayuda humanitaria, según informó Radio Bosnia. También Tuzla, cuyo aeropuerto quiere abrir Unprofor, sufrió ayer fuertes bombardeos de los serbios.

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