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La OTAN consigue que la ayuda humanitaria llegue a sus destinatarios en Bosnia

El ultimátum de la OTAN a los beligerantes en Bosnia no sirvió sólo para acabar prácticamente con los bombardeos sobre Sarajevo. Ha tenido otra consecuencia igualmente importante: casi toda la ayuda humanitaria llega ahora a sus destinatarios (refugiados, hospitales y otros centros), sin que se atrevan a apropiársela las diversas milicias que, en vísperas de que se formulase la amenaza aliada, se apoderaban de una considerable parte de los alimentos de los convoyes.

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Esta constatación fue hecha ayer por el vicepresidente de la Comisión Europea, Manuel Marín, en el curso de un acto de presentación en Madrid de la agencia de ayuda humanitaria de la Unión Europea conocida por su acrónimo inglés (ECHO). Con un presupuesto que rondó los 100.000 millones de pesetas en 1993, ECHO es el mayor donante mundial de ayuda humanitaria de emergencia, pero hasta ahora había permanecido en la clandestinidad. "Suscitaba envidias en los Estados miembros y sólo hemos querido darla a conocer cuando ha estado consolidada", comentó un funcionario.Marín y el equipo directivo de ECHO fueron recibidos ayer por los Reyes y, por la tarde, participaron en el Centro Cultural Conde Duque en un acto con los responsables de cuatro organizaciones no gubernamentales españolas (Cruz Roja, Cáritas, Médicos Sin Fronteras y Movimiento por la Paz y el Desarme) de ayuda humanitaria que financia la agencia comunitaria. De aquí a fin de año se repetirán actos similares en otras capitales europeas.

En la antigua Yugoslavia, ECHO alimenta actualmente a 1,4 millones de refugiados en Croacia y Serbia y, en colaboración con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), a otros dos millones en Bosnia. "El ultimátum de la OTAN ha tenido la virtud de amedrentar a los beligerantes y permitir hacer llegar casi el 100% de la ayuda humanitaria a sus destinatarios", recalca Marín. "En países como Angola y Liberia, si se quisiera distribuir la ayuda con normalidad habría que intervenir militarmente".

El papel de las ONG

El vicepresidente español de la Comisión reconoce que la acción humanitaria puede tener que enfrentarse en un futuro no muy lejano con desafíos de proporciones muy superiores al yugoslavo: La multiplicación de conflictos en la antigua URSS empezando por Ucrania. "Quedaríamos desbordados", advierte. "Además", señala uno de sus colaboradores, "las ONGs son harto reacias a trabajar en Tayikistán, Azerbaiyán o Georgia, países desconocidos y muy difíciles de penetrar".

En 1992 las ONGs españolas sólo obtuvieron un 1,05% de la financiación consagrada por ECHO a las organizaciones de ayuda humanitaria porque no se movilizaban con la suficiente rapidez para solicitar fondos ni tampoco presentaban proyectos adecuados. En 1993 lograron un 4,5% de los dineros de ECHO y en el entorno de Marín se prevé que aumentará a lo largo del presente año.

ECHO acaba además de encargar y de financiar a la Agencia Española de Cooperación Internacional, cuyo presupuesto para la ayuda de emergencia es de tan sólo 250 millones de pesetas, para que elabore un plan global de ayuda humanitaria para Cuba y coordine su ejecución. "La isla tiene. crecientes necesidades y por eso sufragamos ya la compra de todas sus materias primas para la fabricación de medicinas", señala un alto funcionario.

Al margen de la ayuda humanitaria de emergencia la Comisión dedica otros 96.000 millones de pesetas anuales a la ayuda alimentaria estructural para países con grandes déficits agrícolas. "Hay que cambiar la filosofía", asegura Marín, "porque nuestros. envíos acaban provocando, en países como Argelia y Egipto, una reducción de su producción agrícola de hasta el 20% y un aumento de su dependencia".

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