Los serbios recelan del pacto logrado por los musulmanes y los croatas
El líder de los serbios de Bosnia, Radovan Karadzic, reafirmó ayer su escepticismo ante el acuerdo de una nueva federación musulmana-croata en Bosnia y Herzegovina y manifestó que podría ser un vecino hostil" hacia Serbia. Karadzic, que concluía ayer una visita oficial a Moscú, apoyó la iniciativa del presidente ruso, Borís Yeltsin, para reunir a los jefes de Estado de cinco países (Rusia, EEUU, Gran Bretaña, Francia y Aleniania) en la capital rusa y afirmó que tal cumbre podría conducir al final de la guerra en Bosnia. "Cuando se fijen nuevas fronteras, necesitaremos la garantía de las grandes potencias", señaló.Si la creación de una federacion musulmana-croata, recogida en un documento firmado el martes en Washington, se lleva a término, los serbios de Bosnia no están dispuestos a "sacrificar" los territorios que consideran suyos, señaló Karadzic, según el cual "necesitamos fronteras que puedan ser defendidas en caso de hostilidad".
El 64% de Bosnia pertenece en propiedad a los serbios, que hoy controlan el 72% del mismo, según dijo Karadzic. "Sin embargo con el fin de que hubiera tres Estados independientes, los serbios están dispuestos a sacrificar algo del 64% del territorio, y a quedarse con el 54% o 55% del mismo", dijo, refiriéndose a la formación de tres Estados, uno serbio, otro croata y otro musulmán en el territorio de Bosnia.
Según el líder serbio, la unión de croatas y musulmanes responde a un intento occidental de impedir la formación de un Estado musulmán islámico en el centro de Europa, que podría convertirse en un punto de entrada del terrorismo y los narcóticos en el continente. Karadzic se mostró partidario de incrementar los efectivos militares rusos en el marco de la ONU y reiteró sus sospechas ante los contingentes occidentales de las tropas de pacificación.