Intelectuales y políticos hablan a favor la lectura
El Círculo de Lectores y el Centro del Libro y la Lectura, del Ministerio de Cultura, han organizado unas jornadas tituladas Lecturas inolvidables, en las que varios personajes del mundo de la cultura, el cine, la universidad o la política comentan los libros que han marcado su vida.Las mesas redondas, que se desarrollarán en el centro cultural del Círculo de Lectores de Madrid hasta el 10 de marzo, comenzaron ayer con la presencia de la ministra. de Cultura, Carmen Alborch; el cineasta Luis García Berlanga; el diplomático Inocencio Arias; el presidente del Tribunal Constitucional, Francisco Tomás y Valiente; y el periodista y escritor Juan Luis Cebrián.
"No puedo concebir mi vida sin los libros, me han proporcionado divertimento, evasión, pero también me han enseñado a comprender mejor a los demás y a mí misma", aseguró Carmen Alborch. Tras citar textos clásicos del feminismo, como El segundo sexo, de Simone de Beauvoir, o Madame Bovary, de Flaubert, la ministra de Cultura se centró en La vuelta al mundo en 80 días, de Julio Verne y en un libro que marcó el principio de su vida académica Las instituciones de la economía capitalista, de F. Galgano.
El diplomático Inocencio Arias mostró su debilidad por autores rusos como Chejov, latinoamericanos como Gabriel García Márquez o Mario Vargas Llosa, españoles como Lope de Vega , pero, por encima de todo, confesó su pasión por Holden Caufield, el protagonista de El guardian entre el centeno, de J. D. Salinger.
Juan Luis Cebrián confesó también tener enormes dificultades para encontrar el libro de su vida. Citó a Larra, a Cortázar, a García Márquez, pero se quedó con un libro de páginas ya amarillentas que le ha acompañado durante casi 40 años: una antología de las obras de Quevedo. "Es un escritor con un humor negro español terrible, que puede ser feroz con sus enemigos, pero también se trata de uno de los creadores que mejor han descrito la pasión, el amor o la muerte y de uno de los grandes defensores de la honestidad crítica del intelectual".
Como no podía ser de otra forma, las referencias a la literatura erótica llegaron de la mano de Luis García Berlanga. Francisco Tomás y Valiente, hizo un Breve historial personal del vicio de la lectura (título de su intervención), desde sus lecturas infantiles, hasta la Historia de la filosofía, de Julián Marías.
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