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La OTAN derriba cuatro aviones serbios que bombardearon una fábrica de armas bosnia

Lluís Bassets

Aviones F-16 norteamericanos de la Alianza Atlántica derribaron ayer cuatro aparatos serbios que violaban la prohibición de sobrevuelo decretada por las Naciones Unidas sobre el espacio aéreo de Bosnia-Herzegovina y que acababan de bombardear una fábrica de municiones en territorio bajo control del Gobierno de Sarajevo. Es la primera acción bélica o bautismo de fuego de la OTAN en sus 45 años de historia y significa un contundente mensaje para los serbios.

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La mayoría de los países aliados acogió la noticia con satisfacción por la aplicación de la resolución de las Naciones Unidas y la determinación demostrada por la OTAN, y a la vez con moderada preocupación ante las consecuencias que pueden desprenderse de esta acción militar.Dos aviones Falcon (F- 16) de la fuerza aérea norteamericana, con base en Aviano, al norte de Italia, interceptaron cerca de Banja Luka, a las siete menos cuarto de la mañana, una escuadrilla de seis aviones Galeb, de fabricación yugoslava, que venían de bombardear una fábrica de municiones en Novi Travnik.

Los pilotos conminaron por dos veces a los aparatos serbios a aterrizar, siguiendo las reglas de enfrentamiento de la OTAN, según la versión proporcionada por el portavoz de la Alianza. Inmediatamente, según dicha versión, los aviones aliados atacaron a los serbios ante el, incumplimiento de la orden. Cuatro de los seis aparatos fueron abatidos. Los aviones Galeb están destinados a la observación, pero pueden ser utilizados también, como era ayer el caso, en acciones bélicas.

Orden de ataque

La orden de atacar la escuadrilla serbia partió del comandante aliado, el almirante norteamericano Jeremy Boorda, a cuyo cargo están todas las fuerzas aliadas para la antigua Yugoslavia. Boorda cuenta con un mandato del Consejo Atlántico que le permite actuar sin consulta previa con los aliados. El secretario de la OTAN, Manfred Wörner, definió ayer la acción "como una lección que hará que los beligerantes se tomen a la OTAN en serio". "Hemos hecho lo que dijimos", señaló Wörner. En parecidos términos se expresó Boorda. Según fuentes de la ONU el espacio aéreo de Bosnia ha sido violado en 1.400 ocasiones, en la mayoría de los casos por helicópteros.

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La acción de ayer no tiene nada que ver con el ultimátum dictado por la OTAN el pasado 9 de febrero, que entró en efecto el 21 de madrugada, según insistieron en subrayar portavoces de la Alianza. Sobre el papel podría haberse producido mucho antes del ultimátum, en estricta aplicación de la resolución 816 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, aprobada con el apoyo de Rusia, el abril del pasado año. Dicha resolución prohíbe el sobrevuelo de aparatos militares en el espacio aéreo de Bosnia-Herzegovina. Helicópteros, ultraligeros y aparatos de reconocimiento serbios y posiblemente croatas habían violado repetidamente la prohibición sin que la OTAN hubiera decidido reaccionar estrictamente.

Pero el giro político que ha significado el éxito del ultimátum ha reactivado todas las resoluciones de Naciones Unidas. Este hecho fue subrayado por el secretario general de la OTAN, Manfred Wörner, en la madrugada del día 21, cuando anunció que no se producirían los ataques aéreos sobre la artillería serbia en los alrededores de Sarajevo, pero amenazó con el uso de la fuerza en caso de violación de cualquiera de las resoluciones internacionales.

El almirante Boorda debe actuar en coordinación con las Naciones Unidas en las misiones de cobertura aérea de los cascos azules y en la aplicación del ultimátum, pero no está obligado a hacerlo en la vigilancia de la prohibición de sobrevuelo.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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