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EE UU 'expropia' frecuencias militares para las 'superautopistas'

Las superautopistas de la comunicación van a provocar un proceso de expropiaciones en las ondas y frecuencias de Estados Unidos. El Gobierno va a reducir progresivamente las bandas de frecuencias reservadas para usos militares u oficiales y va a subastar entre la industria privada licencias de explotación de esas frecuencias que serán ocupadas por las nuevas tecnologías de la comunicación. El Departamento de Comercio ha abierto un periodo de tres meses para debatir la propuesta y quiere presentar el plan dentro de un año.

Ronald Brown, secretario de Comercio, explicó el pasado jueves en The New York Times que el objetivo del plan es acelerar la introducción de los nuevos sistemas de telecomunicaciones, y que es una respuesta a la petición que el Congreso formuló en 1993 para reordenar las ondas públicas. Canales militares de comunicación, como las redes de radar para la defensa antiaérea, y servicios civiles relacionados con la predicción atmosférica tendrán que acomodarse a nuevas bandas de frecuencia. Su lugar será ocupado por servicios de comunicación personal, teléfonos celulares, ordenadores, correo electrónico y televisión por cable.

La subasta de las licencias de explotación de las frecuencias meterá en el bolsillo del Tesoro norteamericano miles de millones de dólares. Hace un mes, en Los Ángeles, el vicepresidente Al Gore anunció la inminente apertura de un nuevo marco legal para estimular la libre competencia en el mercado de las comunicaciones.

Adaptación progresiva

Para no provocar un terremoto en la red de seguridad nacional, el plan de redistribución de frecuencias contempla largos periodos de adaptación. Los sistemas de detección y las bandas de radio utilizadas para telemetría aeronaútica, por ejemplo, no se modificarían en los próximos cinco anos, y los radar que el Pentágono considera básicos permanecerían otros 10 años sin alteraciones de bandas. Los cambios tampoco deberían afectar a las frecuencias utilizadas en el control de la navegación aérea y las comunicaciones espaciales.Los nuevos servicios comerciales tendrán que sujetarse a ciertos requisitos técnicos que evitarán interferencias con las redes de comunicación del Pentágono o de las agencias de seguridad. Las medidas anunciadas por el secretario de Comercio van a provocar cambios en los departamentos de Defensa y Energía, fundamentalmente, y van a desatar en los próximos meses un intenso forcejeo entre la Administración y la industria con la intervención irremediable de los grupos de presión. Desde hace ya meses, las empresas tele fónicas y los grupos de distribución de cable se encuentran en una enloquecida competición para instalar redes de fibra óptica y dotarse de los ordenadores más capaces, con vistas a adelantar posiciones en la oferta de servicios de los nuevos mercados.

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