"Los países nórdicos creen que el paro y la Unión Europea amenazan su bienestar"
Noruega no era un país rico, dice esta socióloga feminista de Oslo. El Estado de bienestar se ha ganado, con mucho esfuerzo, afirma, y la sociedad no está dispuesta a perder logros históricos.
"En los países nórdicos hay un fuerte debate sobre su incorporación a la Unión Europea y las mujeres son las más escépticas sobre sus resultados", afirma la socióloga noruega Arnlaug Leira, catedrática de la Universidad de Oslo, que ayer estuvo en Madrid, invitada por el Fórum de Política Feminista.Leira resalta que el impacto de la crisis económica generalizada ha llegado a Suecia y Noruega más tarde que a otros países europeos gracias a sus logros históricos de bienestar social. La cuestión ahora es cómo afrontar esa crisis sin perderlos. "El paro ha crecido, pero aún se mantiene por debajo del 10%, inferior al de Suecia. En Noruega estamos alarmados, pero otros países tienen más motivos para alarmarse", afirma la socióloga, para quien "el paro es el gran reto del Estado socialdemócrata".
Otro motivo de incertidumbre en los países nórdicos, apunta la socióloga, son los efectos negativos que en ese bienestar pueda tener su incorporación a una Unión Europea con un panorama social nada paradisíaco. "Si la crisis económica aumenta y el Estado del bienestar se resquebraja, las mujeres son las primeras en sufrir las consecuencias: más desempleo, menos atención pública a los niños y a los ancianos, menos pensiones... Las mujeres, sobre todo las más jóvenes, son quienes más defienden el Estado del bienestar porque les proporciona un nivel de vida justo, sin tener que cargar en exclusiva con tareas que corresponden a todos. Las mujeres no tienen por qué suplir las deficiencias sociales del Estado", afirma Leira.
"La idea del Estado de bienestar social, igualitarista, universal, está muy arraigada en los países nórdicos. Es difícil predecir qué pasará en los próximos 20 años, pero está claro que la gente no va a renunciar a unas mejoras sociales que ha costado mucho conseguir. Noruega no nació rica. El bienestar no se consiguió de la noche a la mañana, y lo queremos. A otros países esta pretensión nuestra les parece inocente, imposible de mantener", apunta Leira.
"Hay un concepto muy especial forjado por el feminismo nórdico a principios de los años ochenta. Se basa en hechos concretos y recoge las teorías de Helga Hernes, experta noruega en ciencia política", añade Leira. "Nos dimos cuenta de que el Estado del bienestar patriarcal no funcionaba bien para nosotras, y propusimos como alternativa el Estado amable del bienestar, de compañerismo entre hombres y mujeres. Este planteamiento ha hecho posible el fomento de los derechos de la mujer".
Así, destaca la socióloga, en los países nórdicos (Noruega, Suecia, Dinamarca) las mujeres ocupan el 30% de los puestos parlamentarios, cuando en Estados Unidos son el 10% y en el Reino Unido el 6%. Y Leira maneja más datos: mientras que en los países escandinavos la participación en el mercado laboral de las mujeres con niños menores de nueve años llega al 80%, en los países miembros de la Unión Europea va del 29% en España e Irlanda, al 69% en Portugal, pasando por el 39% de Alemania, Holanda y Luxemburgo; el 49% del Reino Unido, Italia y Grecia, y el 59% de Francia y Bélgica.
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