Más adelante...
Un Calderón menor, dentro su esquizofrenia: -capa y espada y embozados y tapadas; Madrid lóbrego, mentiras, enredos, traiciones, celos, fingimientos, equívocos. Burlas con el amor y con el honor: los galanes entraba hasta el fondo de las casas de las damas cuando se quedaban solas. Dos acciones paralelas, más la simétrica de los criados, más o menos graciosos. Y todo se resolvía, claro, en bodas. Una versión abreviada y una dirección apresurada, que mueve a todos al galope; no les deja en paz ni un momento, mientras farfullantes octosílabos de trabalenguas."Tiempo al tiempo" es dicho popular, y lo repite el personaje gordo y tranquilo de la obra: con el paso de la acción, lo que parece duro se vuelve posible y hasta se realiza. Se les puede recomendar a todos los que interviene en este pasatiempo burlón, jóvenes; y con espectadores de s generación y su proximidad, que ríen de verles a ellos. Tiempo tiempo, y recitarán, dirán, se moverán con alguna gracia, dirigirán bien a los demás, tendrá unos decorados mejores. Tiempo al tiempo: ésta es una buen práctica, el cultivo de las pequeñas salas y el estar frente al público son clases: quién sabe mejor que las otras.
Dar tiempo al tiempo
Autor: Pedro Calderón de la Barca, versión de Manuel Lagos. Intérpretes: Marcial Álvarez, Antonio Molero, Jesús Calvo, José Luis Massó, Adolfo Pastor, Yolanda Pallín, Jorge Merino, Teresa Hidalgo, Carmen Godoy. Compañía Don Duardos. Dirección: Eduardo Vasco.