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Mitterrand se enfrenta al Gobierno conservador por la subvención a la enseñanza privada

Huelga y manifestaciones de alumnos y profesores en toda Francia

La decisión por parte del actual Gobierno de centro-derecha francés de subvencionar con dinero público centros privados de enseñanza provocó ayer el. primer enfrentamiento importante entre el presidente François Mitterrand y el Ejecutivo. Hasta ahora, la cohabitación entre la presidencia y el Gobierno se había desarrollado de manera versallesca. Mitterrand, de visita en Ceret, dijo sentirse "sorprendido y ofuscado"' ante la "precipitación" desplegada por el Gobierno para abolir la ley Falloux, que impedía que los poderes locales aportasen sus fondos a la escuela privada.

Mientras Mitterrand decía que en 35 años de vida parlamentaria no he visto un caso semejante, tan expeditivo", y recordaba que "en un régimen republicano la oposición es tan respetable como la mayoría, en 60 localidades francesas miles de enseñantes, alumnos y padres de alumnos, el llamado "frente laico", salían a la calle con el objetivo de reclamar "dinero para el sector público" y coreaban eslóganes contra el ministro de Educación, François Bayrou.En París una comitiva de más de 12.000 personas desfiló ayer partiendo de los jardines del Palais Luxembourg hasta llegar a los locales del Ministerio de Educación. La manifestación insistió en consignas tales como: "La escuela pública es el futuro de Francia" y "Escuela privada, escuela de ricos".

La práctica totalidad de los sindicatos de enseñantes apoyaba la convocatoria, llevada a cabo en un muy escaso lapso de tiempo.

La huelga ha sido sobre todo seguida en el ámbito de la enseñanza primaria, con zonas en las cuales más de un 90% de las clases han dejado de impartirse. La participación en las manifestaciones ha sido menos numerosa, pero los sindicatos amenazan ya con una nueva convocatoria prevista para el día 17 de enero.Ayuntamientos

El primer ministro Edouard Balladur, por su parte, ha dicho "no comprender por qué a los ayuntamientos, que pueden ayudar económicamente a una asociación cultural o deportiva de naturaleza privada, debería prohibírseles que subvencionen un centro escolar por el mero hecho de ser privado".

El ministro François Bayrou ha insistido en la "urgencia" y en hasta qué punto le "sorprendía que alguien pudiese rechazar el garantizar la seguridad a unos niños porque estudian en una escuela que no es pública". [Bayrou llamó ayer "hipócritas" en televisión a los políticos detractores del proyecto, informa Efe.]

El enfrentamiento entre Mitterrand y el Gobierno se ha expresado, sobre todo, en materia de forma, y alcanza a la comisión Vedel, que denunció en su día las condiciones de inseguridad de ciertos centros privados: "Si el encargo que se les hizo hubiese sido imparcial, les habrían encomendado que visitasen tanto los centros públicos como los privados, para saber dónde corren peligro los niños", dijo Mitterrand. Lo cierto es que el propio autor del informe, el profesor Vedel, ha dicho "sentirse sorprendido ante la precipitación gubernamental".

La nueva ley anula la llamada ley Falloux de 1850: limitaba las subvenciones públicas al 10% de las inversiones en un centro privado, y asimismo anula la ley Goblet de 1886, que prohibía que la enseñanza privada recibiese subvenciones públicas.

La abrogación de la legislación, y el nuevo proyecto de ley, se basan en un informe según el que un 52% de los colegios privados necesitan "obras de seguridad". El informe calcula que para rehabilitar centros privados serán precisos entre 3.800 y 5.300 millones de francos (entre 87.400 y 121.900 millones de pesetas).

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