Llegan los 'ecobuses'
Europa comienza a apostar por un transporte público más limpio para sanear su aire y sus calles
Vitoria, Valladolid, Valencia han empezado a apostar por un transporte público más limpio: desde la recuperación del tranvía hasta los microbuses con baterías eléctricas o los autobuses movidos por combustibles menos contaminantes -desde gas natural y gas licuado de petróleo hasta bioaceites- En Europa, el club de las ciudades que buscan métodos más limpios para mover a sus habitantes cada vez es mayor: Bolonia, Nantes, Zurich, Viena, La Haya ..." La preocupación por un transporte menos contaminante es reciente. No hay mucho rodaje. La mayoría de las iniciativas hay que entenderlas todavía como experiencias piloto". Lo dice Francisco Serrano, director del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la energía (IDAE), dependiente del Ministerio de Industria y Energía.
Los datos que maneja este instituto muestran un desequilibrio claro entre transporte público y privado: en toda España circulan 12 millones de coches privados y unos 7.000 autobuses urbanos. En Madrid, por cada autobús que se mueve hay mil coches. El ministro de Industria y Energía, Juan Manuel Eguiagaray, está convencido de que en transporte urbano se está haciendo "un uso lapidario, claramente ineficiente de los recursos energéticos". Lo dijo en la apertura del congreso europeo sobre ahorro y diversificación de la energía en el transporte público urbano, organizado recientemente por el IDAE en Madrid. El congreso fue un cañón de ideas y experiencias concretas de lo que se está haciendo en Europa.
La Haya se ha inclinado por los tranvías. En el año 2000, la capital holandesa contará con una red de tranvías que atravesarán el centro urbano por túneles. En España, Valencia también ha puesto su confianza en el tranvía. El próximo año, 21 modernos vehículos serán la columna vertebral de la red urbana de transportes de la capital levantina. Pero, dentro de la CE, la zona metropolitana de la ciudad francesa de Nantes (medio millón de habitantes) es seguramente la que más provecho está sacando de los tranvías. Hace diez años comenzó a instalar estos vehículos en su versión más moderna.
En París, según explicó Joan Claude Moquet, jefe de estudios de la Corporación Autónoma de Transportes Públicos de esta ciudad, los principales esfuerzos están orientados a hacer más cómodos, atractivos y rápidos los autobuses: están investigando sobre los sistemas de "arrodillado" (la plataforma de acceso al autobús se ajusta al nivel de a calzada), la armonía de colores los servicios a bordo como prensa y teléfonos, y la amplitud suficiente de los vehículos como para permitir que cada pasajero encuentre su ambiente social.
Más ejemplos. Trento (Italia), con 105.000 habitantes, es la ciudad europea que cuenta con la línea más famosa de microbuses movidos por batería eléctrica: un trayecto circular de 3 kilómetros.
El gas licuado de petróleo (GLP) es otra opción. Se trata de un combustible alternativo al gasóleo, con una combustión más limpia y silenciosa. El parque total de vehículos que funcionan con GLP en la CE es de unos 3.300.000 automóviles, destacando Italia, por su número (1,3 millones), y Holanda, por su porcentaje respecto al parque total (12%). En Viena, estos autobuses se introdujeron masivamente en 1977; el año pasado, la ciudad austriaca ya tenía 550 de estos vehículos. En España, Barcelona, Zaragoza y Bilbao han llevado a cabo planes-piloto con GLP; pero donde más se ha apostado por este combustible es en Valladolid, que ya cuenta con 17 autobuses-GLP.
Gas y ordenadores
Cada día es más urgente buscar alternativas al combustible tradicional de coches, autobuses, camiones y motos: el 70% del monóxido de carbono que hay en la atmósfera de las ciudades procede de los tubos de escape. También son responsables del 441/1 de óxido de nitrógeno, compuesto que irrita los pulmones y vías respiratorias.El gas natural es otra vía de combustible más limpio para el transporte público. Por ella se han decantado por ejemplo, la ciudad sueca de Gotemburgo, que espera contar en dos años con una flota de un centenar de autobuses propulsados por gas natural.
Otra innovadora posibilidad, aún más minoritaria, son los biocombustibles (combustibles líquidos destinados de cultivos agrícolas). Hay experiencias en el empleo de bioaceites en Zurich, Vicenza, Friburgo, Kiel y Rouen.
Pero no todo el problema se reduce a cambiar de combustible. La racionalización del transporte es importante. Dos ciudades, Bolonia (Italia) y Vitoria, se han empleado a fondo en la investigación de cómo gestionar el tráfico, con los medios informáticos más avanzados, para hacerlo más fluido y limpio. Según explica Francisco Serrano, director del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la energía (MAE), "Vitoria ha comenzado uno de los estudios más profundos de Europa. Están desarrollando una movida excepcional con el tráfico. Es, en este sentido, una ciudad modelo; muy tranquila".
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