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Un Consorcio secreto entraba a saco en el presupuesto de Brasil con apoyo político

Un verdadero terremoto político sacude Brasil desde que trascendió la existencia de un consorcio secreto, formado por grandes empresas constructoras, para repartirse los recursos del presupuesto nacional con la connivencia de parlamentarios, altos funcionarios gubernamentales, gobernadores provinciales y alcaldes.Al allanar hace dos semanas la casa de un director de la empresa constructora Norberto Odebrecht, SA, la policía encontró documentos que demuestran que las licitaciones para la construcción de obras públicas eran fraudulentas.

La comisión parlamentaria que desde hace un mes y medio investiga la corrupción en el Congreso sólo había hallado pruebas de fraude al presupuesto perpetrados mediante el desvío de fondos destinados a obras sociales. Ésta es la primera vez que se llega al meollo de las denuncias: el lobby de las obras públicas.

De acuerdo con los documentos, los miembros del consorcio decidían por anticipado quién sería el vencedor de cada licitación. Luego, éste pagaba al grupo el 36% del valor licitado. A los legisladores que se encargaban de incluir las obras en el presupuesto les correspondía en re un 3% y un 5%. Los gobernadores provinciales y alcaldes ya habían sido pagados en una etapa previa para aceptar los proyectos de los que resultaban las obras públicas más caras del mundo. Después, para obtener la liberación efectiva de los recursos, se distribuían generosas comisiones entre altos funcionarios de los ministerios.

Para que la farsa no despertará sospechas, las empresas que perdían las licitaciones debían apelar ante la justicia de vez en cuando.

La compañía Norberto Odebrecht, SA, que ha construido puentes, carreteras y centrales hidroeléctricas en varios países de América y África, es la mayor de Brasil y la que dirige este consorcio, según los documentos confiscados.

Temor a un golpe

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La magnitud del hallazgo llegó a suscitar temores de golpe de Estado, y antes de darlo a conocer los legisladores resolvieron comunicarlo al presidente Itamar Franco y a los mandos militares, que tranquilizaron a los parlamentarios y les instaron a llevar adelante las investigaciones hasta las últimas consecuencias.A pesar de que las Fuerzas Armadas se han puesto inequívocamente del lado de la sociedad y de los políticos honestos, algunos parlamentarios señalan que poco a poco se están acumulando los ingredientes para un golpe de Estado a medio plazo. Ponen como momentos críticos estas fuentes el testimonio de Paulo César Farías ante la comisión investigadora, previsto para este fin de semana, el bajo sueldo de los militares y la pasividad de la comisión de justicia de la Cámara de los Diputados, que raramente castiga a los legisladores corruptos.

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