'Las edades del hombre' abre su última exposición
Se exhiben en Salamanca 220 obras que concilian el arte antiguo y el actual
La incorporación y el diálogo del arte actual con los iconos antiguos es la idea que representa la cuarta y última fase de la propuesta cultural Las edades del hombre, acogida en las dos catedrales de Salamanca y el claustro con la denominación de El contrapunto y su morada. La muestra, que hoy se inaugura, cierra un ciclo que ha pasado por Valladolid, Burgos y León, y que ha sido seguido por 2,5 millones de visitantes. El montaje de la exposición, que permanecerá abierta hasta junio, ha transformado los espacios seculares de los tres monumentos y recuperado elementos que parecían perdidos. Una serie de paneles guían el sentido de la visita a través de los ocho capítulos en que se divide la exposición, según el diseño preparado por el escritor José Jiménez Lozano.
La última fase de Las edades del hombre ha reunido en el conjunto catedralicio salmantino 220 obras de arte de las diferentes diócesis castellano-leonesas, aunque algunas, especialmente las de arte moderno, proceden de autores de la región pero que se encuentran fuera de ese ámbito. En el recorrido se plantea de forma patente el diálogo entre fe y cultura, como se pretende mostrar a lo largo del recorrido que marca la evolución de las formas plásticas. La convivencia de las piezas de antaño con las contemporáneas se presenta fluida, aunque algunas de esas imágenes resultan impactantes en el nuevo entorno en que se hallan situadas."La iconografía antigua expresa un modo de ver el mundo, de ver al hombre, de ver a Dios, de relacionarse los hombres entre sí, mientras el arte moderno, como se verá en la exposición, refleja una visión diferente, aunque en la exposición no decimos que una es buena y otra es mala, porque cuando el arte es de verdad hay un diálogo perfecto", ha señalado el comisario de la propuesta, José Velicia. "La idea nuestra es acercar a la gente la belleza, expresada tanto en el arte antiguo como en el actual", ha precisado el organizador de ésta y de las anteriores exposiciones que se celebraron en Valladolid, Burgos y León.
Elementos electrónicos
Las aportaciones electrónicas, como signo del momento presente, al lado del arte de siglos pasados, también tiene un fuerte peso en el entramado catedralicio. La aportación más llamativa reside en el retablo electrónico montado en la catedral vieja, románica, desarrollado por los cineastas Basilio Martín Patino y Pablo Martín Pascual. Levantado ante la puerta principal de acceso al templo, el tablero equipado con 34 monitores y rayos láser simboliza el contrapunto al retablo que recoge las 53 tablas pintadas en el siglo XV Nicolás Florentino y que es la serie más amplia de pintura medieval que se conserva en España.Otra aportación electrónica es la sinfonía creada por Cristóbal Halffter denominada La piedra como espejo del tiempo. El compositor dice que ha concebido la música "como si fuera para impregnar las bóvedas" de la catedral, ya que lo que realmente pretende es que "esa música quede como una escultura más, que permanezca en la catedral, en la que esté como una aportación sonora, al igual que están un cuadro o una escultura". La obra electrónica, por tanto, "no es música de fondo, sino que es para que esté en el tiempo, para que quede congelada".
A la exposición se accede desde la plaza de Anaya a través de la catedral nueva, donde se ha fijado una zona de estancia para impregnar al visitante con los elementos góticos del templo (simboliza la morada). Los visitantes -no más de 350 en el recinto a lo largo del recorridose topan con el jardín como introducción y con la que se denomina calle de las Edades, que, según Velicia, "es un comercio, el lugar donde se van a rememorar las tres fases anteriores". Desde ahí se accederá a los relatos bíblicos con la violencia como expresión dominante a través de la iconografía de Caín y Abel, dominando el espacio, pero también con los señores de la guerra y las bombas impactando a quien contempla la muestra.
La capilla dorada (donde se ha realizado una enorme obra de restauración) , da paso a la catedral vieja a través de un túnel en suave rampa para salvar los desniveles entre los dos templos. La nave central de la catedral vieja será la que probablemente capte más la atención del visitante, con el desafío del tablero electrónico y el retablo mayor, aunque ahí estará también, suspendida, la música de Halffter. El recorrido continúa por el claustro, con las capillas de Talavera, Santa Bárbara o Grados, las salas capitulares, la capilla de Santa Catalina y la capilla de Anaya, donde los restauradores han logrado una recuperación muy destacada, que convierte ese espacio en uno de los puntos de referencia de la visita. El patio central, con la fuente, simboliza la morada tranquila, el sosiego, con el jardín y el agua que se advierte a través de los ventanales.
Babelia
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