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González avisa a los sindicatos que no le doblegarán

"Las huelgas no contribuyen ahora a recuperar la confianza para crear empleo", advierte

Felipe González no se anduvo por las ramas. Formuló a los sindicatos una doble advertencia: sus movilizaciones no altera rán la voluntad del Gobierno de modificar el mercado laboral y son además perjudiciales para atraer la inversión que genere puestos de trabajo. González hablé en la rueda de prensa con la que concluyó ayer la décima cumbre hispano-alemana, que reunió en Granada al jefe del Ejecutivo español y alemán, Helmut Kohl, junto con seis ministros y cinco secretarios de Estado. Ambas delegaciones dedicaron el grueso de sus conversaciones a preparar la cumbre europea del 10 y 11 de diciembre en Bruselas. González no da aún por concluido el diálogo social, pero se hace pocas ilusiones.

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"No queremos de ninguna manera darlo por finalizado", declaró. Ahora bien, sin esperar más, "vamos a tomar las decisiones que se correspondan con las necesidades de la economía española y de las empresas para ganar en competitividad", flexibilizando el mercado laboral."Desde hace ya tienipo", recordó el jefe del Gobierno español, "hemos dicho que deberíamos pasar a la fase del debate parlamentario a partir de finales de este mes ( ... )". El Parlamento es el foro que "ostenta la soberanía nacional" y es "el foro en el cual se debe resolver este proce so". La legitimidad de las Cámaras no obsta para que se respeten escrupulosamente "los derechos que constitucionalmente están establecidos: de manifestación, huelga, etcétera", recalcó González, como las que ya han iniciado los sindicatos y que pueden culminar a finales de diciembre con una huelga general. Aun así, prosiguió, Ias huelgas y movilizaciones no son en este momento una contribución positiva para la recuperación de la confianza necesaria para que se produzcan inversiones que generen em pleo". "Lo que digo es una ver dad de Perogrullo". recalcó.

"Cuanto más calmado sea el clima social más fácil será la re cuperación de la confianza", puntualizó González. Además, las manifestaciones sirven de poco porque "no van a alterar la obligación del Gobierno ante el conjunto de los ciudadanos" de tomar las medidas oportunas para recuperar la competitividad. El Ejecutivo sólo puede adoptar, sin embargo, decisiones que hagan menos rígido el mercado de trabajo, pero carece de medios para moderar la política de rentas. El presidente lamentó no haber "ni siquiera recibido una respuesta" de los interlocutores sociales a sus propuestas en este ámbito.

González fue tajante en su crítica a la "rigidez del mercado laboral", indicando que "no hay tiempo que perder" y precisando que cualquier discusión "sobre el reparto del tiempo de trabajo disponible, del tipo de jornada laboral, tiene que estar sometida al principio de si la empresa que aplica el modelo escogido gana o pierde competitividad".

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Negociación colectiva

Para el presidente del Gobierno, "si la competitividad se pierde, estaremos aumentando el riesgo; si se gana, estaremos buscando soluciones". Pidió mayor flexibilidad en la contratación laboral para que propicie la "capacidad de adaptación de las empresas a los tiempos económicos negativos" y criticó los actuales modelos de negociaciones colectivas entre trabajadores y empresarios, que calificó de "mal diseñados".Para Kohl, la recesión económica que afecta a Europa es atípica: coyuntural y estructural. "Sólo podremos salir de este bache", dijo, "si modificamos algunos aspectos de nuestras economías", abogando igualmente por "desregulación y flexibilidad en el modelo laboral".

Sobre el inevitable tema de la crisis de la empresa automovilística Seat y de su casa madre, Volkswagen, González descartó que pueda ser analizado como un problema político bilateral entre los Gobiernos de Bonn y Madrid. "Es un problema industrial de una empresa que tiene problemas, no sólo en España, sino también en Alemania o la República Checa". Dijo que el Gobierno español quiere que se resuelva con el menor coste social posible, pero "teniendo en cuenta la supervivencia y la competitividad de la empresa". Pese a todo, González reconoció que el asunto había formado parte de sus conversaciones con el canciller alemán y que los ministros de Industria y Economía también lo habían tratado en sus conversaciones, pero insistió en que éste no es un asunto que competa a las relaciones entre ambos países.

El grueso de las conversaciones entre ambos estadistas, sin embargo, se centró en la preparación de la próxima cumbre comunitaria de Bruselas del 10 y 11 de diciembre, y en especial del llamado Libro Blanco que presentará el presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, que, en palabras de González, debe ser el "diagnóstico" de la crisis, a partir del cual se pueda empezar a buscar soluciones. Kohl, por su parte, pidió "una oportunidad" para el Libro Blanco, pero, en todo caso, ninguno de los dos políticos mostró excesivo entusiasmo por el proyecto de Delors.

La alternativa proteccionista fue tajantemente descartada por Kohl. El canciller, refiriéndose a las negociaciones de la Ronda Uruguay del GATT para la liberalización del comercio, rechazó que se intente convertir a Francia, por su oposición en los temas agrícolas, en la gran culpable del actual bloqueo, pero se mostró firmemente partidario de llegar a un acuerdo que liberalice el comercio mundial. El canciller recordó que hace unos días se celebró en la ciudad norteamericana de Seattle la reunión de los países de la cuenca del Pacífico, que representan, por sí solos, la mitad del producto nacional bruto del planeta. "Y Europa no estaba ahí", dijo. Para el canciller, el acuerdo es también imprescindible para los países del Tercer Mundo.

Policía europea

Koffl insistió varias veces en uno de sus temas favoritos, el de la Europol, el embrión de una policía europea especialmente diseñada para luchar contra el crimen organizado y el tráfico de drogas, para la que pidió "más competencias". En este sentido, destaca la presencia, ayer en Granada, de Baltasar Garzón, el delegado del Gobierno para el Plan Antidroga, y de su correspondiente alemán, Eduard Linter, del Ministerio del Interior.El conflicto en la antigua Yu-, goslavia ocupó igualmente una buena parte del tiempo de Kohl y González, así como de los ministros de Exteriores Javier Solana y Klaus Kinkel. El canciller alemán rindió homenaje a la presencia de tropas españolas en Bosnia y recordó que la próxima tanda de negociaciones que empieza mañana en Ginebra "es la última oportunidad de llegar a un acuerdo antes de que llegue el. terrible invierno", aunque reconoció su pesimismo. Sobre el mismo asunto, Kohl negó que Bonn quiera imponer el reconocimiento de Macedonia a los socios comunitarios.

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