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LA BATALLA DE SALZBURGO

La Filarmónica de Viena amenaza con irse de Salburgo

Los músicos advierten a Gérard Mortier, director del festival austriaco, que pueden crear un festival paralelo

'El intercambio de insultos y amenazas entre los miembros de la Orquesta Filarmónica de Viena y Gérard Mortier, director del Festival de Salzburgo, ha llegado demasiado lejos y el célebre conjunto musical amenazó con abandonar el festival arguyendo que no están dispuestos "a seguir soportando las ofensas de Mortier". La filarmónica vienesa, que es una reliquia sacrosanta y protagonista del Festival de Salzburgo desde su fundación hace 72 años, decidirá el lunes si crearán un festival propio durante el verano en Viena, paralelo al de la ciudad de Mozart. La orquesta, que regresa este fin de semana de tina gira por Japón, recibió en Tokio la oferta del alcalde de Viena, Helmut Zilk, que al conocer la situación se apresuró a llamar a los músicos a la capital austríaca.

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Un conflicto de principios

La guerra verbal, con amplio despliegue periodístico, se inició hace dos años al comenzar Mortier su gestión en Salzburgo. En una entrevista con la BBC de Londres calificó a los músicos de la Filarmónica de "parásitos" asegurando que eran "demasiado caros" y tenían "problemas artísticos" por su repertorio "conservador y lirnitado". También los acusó de "inflexibles" a la hora de interpretar música contemporánea.En el mes de agosto pasado, al finalizar el festival correspondiente a este año, es cuando la hostilidad entre los músicos y el director llegó a niveles insoportables, y se produjeron intervenciones y mediaciones secretas, incluidas algunas de alto nivel, que lograron establecer un alto al fuego entre los miembros de la orquesta y Mortier, quienes se prometieron unos a otros no hacer más declaraciones públicas que los descalificaran recíprocamente.

Pero la paz duró sólo tres meses y fue hace unos días en Tokio cuando los músicos de la Filarmónica se enteraron que nuevamente Mortier los había atacado en Budapest (Hungría), durante una reunión de directores de festivales europeos. "A pesar de que llegamos al acuerdo de no hacer más declaraciones públicas, Mortier desnudó nuevamente a la Filarmónica", aseguró ayer, desde Tokio, Werrier Resel, directivo de la orquesta. "Dijo que nosotros ganábamos medio millón de dólares en cada festival, lo que es falso y añadió que no éramos capaces de interpretar música del siglo XX. Ya son demasiadas las discriminaciones", se quejaba.

Música, no lucha

El directivo de la Filarmónica de Viena no respondió directamente si abandonaría el Festival de Salzburgo pero advirtió que allí no se sentían bienvenidos. "Nos sentimos abandonados en el verano [en Salzburgo] porque nosotros no luchamos con las mismas armas, no podemos luchar, lo único que podemos hacer es música".El alcalde de Viena, Helmut Zilk, que goza de los beneficios de tener en su ciudad a la Filarmónica durante el invierno, como orquesta oficial de la ópera de Viena, quiere extender la atracción turística a la temporada de verano. El alcalde aseguró que Viena era la "patria" de la Filarmónica "y por algo lleva su nombre% añadió, aprovechando las nuevas hostilidades entre Gérard Mortier y la orquesta para ofrecer un festival de verano a los músicos.

"Es de conocimiento público que hay dificultades entre Salzburgo y la Filarmónica, o mejor dicho, de una persona del Festival de Salzburgo con la orquesta". El alcalde les dijo que no tenían "que dejarse insultar durante el verano [en Salzburgo], porque la orquesta sería muy bienvenida en su ciudad natal [Viena]". Según la dirección de la Filarmónica, el lunes tendrán una asamblea en Viena para "considerar seriamente la oferta de Zilk".

Por su parte, en la mañana de ayer todas las líneas telefónicas de las oficinas del Festival de Salzburgo estaban bloqueadas por saturación. Gérard Mortier, el protagonista de esta historia que se inició como una travesura típica del mundillo de los festivales, está fuera de Austria y su portavoz no reveló en qué país se encontraba.

Aseguró que hasta ahora no habían recibido ningún tipo de nota o llamada por parte de la Orquesta Filarmónica de Viena y que se habían enterado del escándalo a través del periódico Kurier, que publicó ayer los planes de los músicos vieneneses para iniciar su propio festival en su propia ciudad.

Después, al mediodía, el Festival de Salzburgo emitió un escueto comunicado: "El directorio no ha recibido hasta ahora ninguna notificación oficial sobre la posibilidad de que la Orquesta Filarmónica de Viena no prolongue el contrato en l995".

En el texto de solo diez líneas aseguran que están "convencidos, tal como se lo ha comunicado a la Filarmónica a fines de agosto, que existen vías para solucionar los puntos de discusión y asegurar el trabajo conjunto en el futuro, siempre que la Filarmónica perciba al festival como una parte importante de su actividad artística".

Mortier ha dicho que la Orquesta Filarmónica de Viena, que inauguró el Festival de Salzburgo en 1920, exigía "honorarios demasiados altos", que su repertorio de conciertos era "conservador" y que su placer por la innovación era "restringido". Pero una de las mayores ofensas es que Mortier haya invitado para la próxima temporada a Nikolaus Harrioncourt y la Orquesta de Cámara de Europa, para que interpreten obras de Beethoven. "Eso lo podríamos interpretar nosotros, porque conocemos bien el sonido de Harnoncourt", dijo Werner Resel, de la Filarmónica.

El director del Festival de Salzburgo los ha criticado también por intentar mantener "el monopolio en la interpretación de Mozart". La respuesta fue que ya habían perdido esa exclusividad, alegando que "el sonido de Mozart es un símbolo de Salzburgo y debe conservarse".

Pero eso no es todo: Mortier aseguró que cuando la Filarmónica tiene que aprender un concierto de música contemporánea "necesita ensayos muy largos".

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