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El triunfo de la izquierda y de los neofascistas provoca el hundimiento del centro político

El panorama de una Italia en la que sólo la izquierda es capaz de obtener votos en todo el país, mientras la derecha, que antes confluía en la Democracia Cristiana (DC), se ve dividida entre la Liga Norte y el neofascista Movimiento Social Italiano (MSI), ha desconcertado a las principales fuerzas políticas. A la vista de los resultados de las elecciones municipales del pasado domingo, peticiones de debate y cambios decididos dominan lógicamente una DC desesperada por su propia caída. Umberto Bossi, líder de la Liga Norte, ha hablado de "cambio. de estrategia". La izquierda y el MSI celebraron sus victorias.

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Otra opinión especialmente sensible a los cambios políticos, como es la financiera, dio ayer señales de alarma ante esta novedad de una Italia que, desaparecido el centro, se debate entre la izquierda o la más desconcertante de las desbandadas, ya que los votos de la Liga y el MSI nunca podrán sumar una unidad de derechas. La Bolsa italiana registró ayer una caída récord, de casi cinco puntos, mientras la lira también se tambaleaba.Distintas son las preocupaciones de Bossi, que piensa más bien en el simple hecho de que los candidatos del Partido Democrático de Izquierda (PDS) partan como favoritos, para la segunda vuelta del 5 de diciembre, en dos ciudades del Norte como Génova y Venecia, donde, sin embargo, el partido más votado ha sido la Liga.

"Utilizando la prensa y la televisión", ha dicho Bossi, "el PDS ha logrado interferirse en nuestro avance. Aterroriza a la gente. La Liga debe acortar los plazos para no dar al PDS la posibilidad de que se salve de Tangentópolis". El líder de la Liga se refería a su propia opinión de que la mayoría de los italianos están convencidos de que el PDS estaba implicado en el sistema de la corrupción ligada a la financiación de la política.

Y también se refería al "terror" que su furibunda campaña electoral, llena de insultos y amenazas secesionistas orientadas a aglutinar la protesta en ciudades tan castigadas por las últimas inundaciones como Génova, ha podido causar en quienes parecen darle la espalda. En ese contexto, Bossi aludió a "un cambio de estrategia", que, dijo, "deberá precisarlo el congreso" de la Liga. Ayer, Bossi afirmó que "el centro ya existe; es la Liga".

La DC, que no ha conseguido colocar casi a ningún candidato a alcalde para la segunda vuelta y ha salido de las urnas sin apenas representación electoral en el norte y con un mero 10% en el centro y sur de Italia, acogió los resultados con el pesimismo que reflejan estas palabras del ministro democristiano de Asuntos Exteriores, Beniamino Andreatta: "Existe la posibilidad de reconstruir una fuerza de centro, pero será dificilísimo".

Silencio democristiano

Desde la izquierda y la derecha del partido llegaban ayer llamamientos al secretario democristiano, Mino Martinazzoli, para que vuelva a convocar la asamblea constituyente celebrada el pasado mes de julio sin mucho éxito a la hora de definir sus opciones básicas. Entre tales tensiones, se perdía la declaración de "yo no dimito" y "la DC no cambia de estrategia" que Martinazzoli hizo ayer por la tarde.

Por su parte, el líder del PDS, Achille Occhetto, constata con satisfacción que el mapa de una Italia condenada a dividirse entre un 20% de votos para la Liga en el Norte, otro 20% para el PDS en el centro y un tercer 20% para la DC en Sicilia ha perdido toda la validez que tenía hace todavía 24 horas. "No me esperaba un resultado de este tipo", dijo Occhetto. "La victoria en todo el territorio nacional es ya de una alianza democrática de izquierda".

El PDS es el único partido que ha logrado aglutinar unas coaliciones imposibles hasta ahora para las demás fuerzas.

El líder neofascista, Gianfranco Fin¡, que está bien colocado para obtener la alcaldía de Roma, valora también las posibilidiades que se abren para su partido, que ayer definió como "el nuevo polo nacional de la derecha". En ese sentido anunció que irá hacia una "alianza nacional" e invitó a Bossi, sin mucha convicción, a que "decida de una vez si está con la derecha y la unidad nacional o con la izquierda."

"Movilizaré a los napolitanos que han votado todavía condicionados por los viejos partidos", dijo, por su parte, Alessandra Mussolini, la nieta del duce, candidata del MSI a la alcaldía de Nápoles. Alessandra competirá en la segunda vuelta con el excomunista Antonio Bassolino, que en las elecciones del domingo logró más de 10 puntos de ventaja.

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