El tigre de la prensa y la 'caza de brujas'
.No se puede aventurar hasta dónde llegará el escándalo que investiga la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) en Brasilia sobre las desviaciones de fondos en el presupuesto. La suspensión del secreto bancario pone en peligro muchas carreras. Reina un clima de inquietud y caza de brujas. Los medios de comunicación actúan como un tigre que ha probado sangre y no pasa un día sin grandes titulares con nuevas denuncias y acusaciones.
La Central única de Trabajadores (CUT), próxima al Partido de los Trabajadores (PT), de Luis Ignacio Lula da Silva, el candidato presidencial derrotado en 1989 por Collor, tiene infiltrados a militantes fieles en organismos claves como la policía, los bancos y las comunicaciones. Denunciantes anónimos, se supone que de la CUT, abastecen con material a periódicos y parlamentarios. Extractos de cuentas, fotocopias de cheques, grabaciones de conversaciones y hasta informes policiales circulan por Brasilia para hundir a políticos contrarios.
Al mismo tiempo, el PT, la CUT y otros partidos de izquierda tratan de boicotear la reforma constitucional, prevista para estos días en una disposición transitoria de la Constitución aprobada en 1988. Considera la izquierda que el Gobierno y la derecha tratan de desmantelar las conquistas sociales de la Constitución de 1988 para darle un sesgo neoliberal, y están dispuestos a impedir la revisión del texto constitucional.
Para este intento, la CPI sobre corrupción viene como anillo al dedo. No parece legítimo que los ladrones y corruptos reformen la Constitución. Por eso el Partido de los Trabajadores argumenta que la reforma no se puede realizar sin antes haber depurado el Congreso y expulsado de sus bancos a los corruptos. El PT juega a perder tiempo.
Si se prolonga la CPI y se retrasa la reforma constitucional, Brasil se mete ya en 1994, año de elecciones presidenciales, de diputados y de gobernadores.
