El grupo canario refuerza el pacto presupuestario

El debate en el Congreso de las enmiendas parciales a los Presupuestos se inició ayer tarde ensanchando el margen de tranquilidad política para el Gobierno. Al apoyo de CiU se sumó el de Coalición Canaria, por lo que todas las enmiendas fueron rechazadas, menos una. El Grupo Popular logró introducir el control trimestral por parte del Parlamento de la cuenta de operaciones del Tesoro. Durante el debate, el diputado del Grupo Mixto Vicente González Lizondo volvió a defender el "ejemplificador" recorte del 10% en los sueldos de los altos cargos y los diputados. Su enmienda fue rechazada con 316 votos negativos y la abstención de los 16 diputados de IU. Sólo Lizondo voto a favor.La petición de un mayor control y transparencia en la ejecución de los Presupuestos fue rechazada por el PSOE con el argumento de que el sistema actual es suficiente. Sólo se aceptó un enmienda del PP por la que el Gobierno se compromete a enviar trimestralmente a la comisión de Presupuestos del Congreso y del Senado el saldo detallado de la cuenta de operaciones del Tesoro. Es decir, las cámaras podrán hacer un seguimiento de las operaciones de endeudamiento.

Coalición Canaria, que se había desmarcado de un pacto inicial con los socialistas, volvió ayer a darles su apoyo. Los canarios habían pactado por la mañana inversiones para las islas del orden de 20.000 millones en cinco años, además del traspaso de las competencias sanitarias.

Ello significó que las votaciones se ganaron con comodidad. Comodidad que quizás provocó la inasistencia del presidente del Gobierno, Felipe González. José María Aznar sí asistió a algunas fases del debate pero tampoco se quedó a votar.

La oposición vio rechazadas sus enmiendas al título IV, de las pensiones públicas. PP e IU pretendían que se introdujese una cláusula de revisión para las pensiones. El socialista Alejandro Cercas argumentó que existe el compromiso del Gobierno, en sus negociaciones del pacto social, para hacer efectiva esa cláusula de revisión, pero aseguró que "no es necesario" incluirla en los Presupuestos. "Sería extravagante" puesto que, dijo, las cuentas del Estado tienen vigencia hasta el 31 de diciembre de 1994 y la posible revisión entraría en vigor en 1995, si se sobrepasa el IPC previsto.

En la discusión del título I (de la aprobación de los Presupuestos y sus modificaciones) el popular Rafael Arias Salgado acusó al Gobierno de elegir la discrecionalidad y la indisciplina en la gestión de los fondos públicos, lo que, dijo, es "poco razonable y poco inteligente". El diputado de IU Pedro Antonio Ríos pidió que el llamado impulso democrático se refleje también en un mayor rigor y transparencia presupuestaria y en el control parlamentario.

González Lizondo aprovechó el debate del título III (sobre gastos de personal) para volver a defender la reducción del sueldo de los altos cargos y los diputados para demostrar "la sensibilidad y la coherencia con otras medidas de austeridad". Al terminar la intervención de Lizondo, Isidoro Hernández Sito (PP) le increpó: "Demagogo, si no has aparecido en tres años, devuelve lo que has cobrado".

En un tono más hiriente, el diputado socialista Víctor Morlán dijo a Lizondo: "Usted tiene una situación económica envidiable". También el representante de IU Martínez Blasco acusó a González Lizondo de intentar "desprestigiar a los políticos y meterlos en un barro fascista". Lizondo replicó: "Me limito a obrar en conciencia".