Nuevos detenidos por el escándalo de la sangre contaminada con sida en Alemania
La fiscalía de Coblenza (Alemania) anunció ayer la detención de dos empleados más de la empresa UB Plasma Labor implicada en el escándalo de la sangre contaminada con sida. Se trata de un médico del laboratorio y del director del departamento de control. A ambos, al igual que al director y un alto cargo detenidos la semana pasada, se les acusa de violar la legislación sobre productos farmaceúticos y de imprudencia temeraria. El número de hospitales afectados por la distribución del plasma supuestamente contaminado ha aumentado hasta 60, la mayoría en Alemania aunque también algunos en Austria. Según el Tageszeitung de Berlin, sólo en la capital hay 14 hospitales que han recibido productos de la firma de Coblenza.Las autoridades han ordenado un rastreo exahustivo de los productos derivados de sangre que fueron distribuidos por esta empresa. El pánico creado por este escándalo, que pese a todo aún no ha producido ni una sola víctima contaminada, ha paralizado las operaciones quirúrgicas en toda Alemania hasta el punto de que los hospitales, aseguran en medios sanitarios, "andan buscando a sus pacientes" que se niegan a ser intervenidos. Son numerosas las voces que piden una nueva reglamentación que incluiría una cuarentena de 30 días para los derivados del plasma antes de ser utilizados.
Las autoridades sanitarias de los lander se reunirán mañana en Hamburgo para recibir nuevas instrucciones de control del plasma. El Gobierno ha nombrado a un secretario de Estado, Baldur Wagner, para dirigir la investigación de este caso que surgió al saberse que la empresa Plasma Labor sólo hacía pruebas en un tercio de la sangre que comercializaba, mezclándolo con la no comprobada.
Juan Pablo II beatificará en abril a Gianna Beretta, joven médica italiana que hace 30 años, embarazada, prefirió no someterse a una operación que podía haber salvado su vida a costa de la de su hijo.
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