Goytisolo dice que Europa pagará caro haber tolerado el genocidio en la antigua Yugoslavia
El escritor presenta en Madrid sus 'Anotaciones de un viaje a la barbarie'
Los "efectos perversos" de la guerra en la antigua Yugoslavia se extienden. "Milosevic va a encontrar émulos en todos lados", dice Juan Goytisolo, y cita a Rumania o a Grecia como países ya poseídos por la exacerbación del nacionalismo y la falta total de respeto a las minorías. "El precio que va a pagar Europa por su abstencionismo y por haber tolerado el genocidio y la barbarie va a ser muy caro", añade el escritor. Goytisolo presentó ayer en Madrid el libro Cuaderno de Sarajevo, que narra los 10 días que pasó en aquella ciudad, convertida en metáfora universal del dolor.
La gente vuelve transformada de Sarajevo, explica Goytisolo, que ha subtitulado su libro, donde se recogen las crónicas de guerra que publicó en EL PAÍS, Anotaciones de un viaje a la barbarie (El País-Aguilar). Y explica que en situaciones límite como la que vive Sarajevo los horrores de unos se superponen a los actos de heroísmo y solidaridad de otros. "En nuestra vida cotidiana esto se percibe en un tiempo muy dilatado, mientras que allí es a ojos vista", dice. Y se lee en el libro: "La vida adquiere un ritmo e intensidad vertiginosos: horas equivalen a días, días a semanas, semanas a meses. Amistades recientes se transforman en viejas y profundas. La sinceridad y anhelo de verdad se imponen".En ese intento de sinceridad, Goytisolo es muy claro. Por una parte, dice haber cambiado de opinión con respecto a las Fuerzas de Protección de las Naciones Unidas (Unprofor), sin medidas para aplicar las resoluciones del Consejo de Seguridad. Y en esa debilidad frente al chantaje del poderoso ejército serbio "se han convertido", dice, "en gestoras del cerco arrogándose una serie de atribuciones que no les corresponden, y no para aliviar sino para agravar la situación de los sitiados, desde el secuestro de correspondencia a la negativa a dejar salir de Sarajevo a casi 1.500 personas con avales de la presidencia bosnia".
Mitterrand, anacrónico
Por otra parte, Goytisolo define la política de Francia y Gran Bretaña como proserbia, y compara su posición a la cobardía internacional frente a la guerra civil española. "Los dos mismos países, Francia e Inglaterra", dice, "impusieron la no venta de armas a la República española". El escritor considera una estrategia totalmente anacrónica las declaraciones de Mitterrand sobre los vínculos históricos franco-serbios "y su sonada recepción en el Elíseo a Slobodan Milosevic, primer responsable de la limpieza étnica". Y a los negociadores europeos en general los ve como a una "cuadrilla de banderilleros y picadores" que han obligado a aceptar a los musulmanes de Bosnia un plan de partición étnica "que ni siquiera figura en ninguna resolución de las Naciones Unidas".
Juan Goytisolo ha unido en su libro las reflexiones históricas y políticas con el movimiento de la vida en Sarajevo. "No hay nacimientos en Sarajevo", explica. "Sólo abortos. Nadie puede ofrecer allí una vida a un niño. Este invierno las personas mayores están condenadas a morir. Todo es una forma de extinguirse, sin necesidad de los obuses que les caen encima".
En Sarajevo, la vida entra en contacto con lo mejor y lo peor de la especie humana y, en su Cuaderno..., ilustrado por las fotografías de Gervasio Sánchez, el escritor ha intentado explicar la estrategia del peatón en una ciudad que se encuentra a merced de los obuses; o cómo en la llamada Avenida de los Francotiradores, una arteria desierta, de repente pasa un coche a una velocidad de vértigo; o cómo la sala de niños recién operados de un hospital es un compendio de los sufrimientos impuestos a la ciudad.
Respecto a España, considera que los cascos azules "han desarrollado sus funciones muy correctamente" pero se queja de que no haya puesto el pie allí ningún diplomático o cónsul español para defender a los sefarditas de Sarajevo. Alaba la labor de periodistas españoles, británicos y estadounidenses.
Goytisolo, cuando se le pregunta por la salida a la barbarie en Bosnia, procura ser realista. "Por desdicha, la limpieza étnica es una realidad en la mayor parte del territorio bosnio, con los musulmanes como grandes víctimas. Ahora hay dos posibilidades: la de un pequeño estado musulmán, con garantías internacionales y salida al mar, y también la posibilidad de salvar el cosmopolitismo de Sarajevo, donde la limpieza étnica no ha llegado, la gente ha vivido muy mezclada y gran parte de la población es mixta".
Preservar ese carácter multicultural de una ciudad de musulmanes, ortodoxos, católicos y judíos, alejaría el fantasma de la tristeza. "Lo triste es comprobar con qué facilidad se derrumban las formas de convivencia y el Estado de la ciudadanía".
Babelia
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