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Un hallazgo genético permitirá la regeneración del corazón

El español Bernardo Nadal dirige la investigación en Harvard

El ser humano permanece toda su vida con el mismo número de neuronas y de células cardiacas con las que nace. Su regeneración está bloqueada por un mecanismo recién descubierto por un mallorquín de 51 años, Bernardo Nadal, investigador de la Universidad de Harvard (EE UU). Dominarlo servirá tanto para hacer crecer células nuevas tras un infarto, como para impedir su crecimiento en la arterioesclerosis.

Cuando los cardiocitos o células cardiacas, las neuronas y algún tipo de células del páncreas (las responsables de la producción de insulina) se mueren, no se regeneran nunca más, como sucede en el resto de los tejidos. El corazón culmina su diferenciación celular en el periodo fetal, incluso antes que el sistema nervioso, y a partir de aquí sus células dejan de multiplicarse. Por esta razón los tejidos citados no se ven afectados por el cáncer, pero tampoco es posible recuperarlos tras un infarto o una destrucción masiva como sucede con el parkinson.Las contribuciones científicas del laboratorio de Cardiología celular y molecular de la Universidad de Harvard, que dirige el español Bernardo Nadal, se iniciaron con la identificación de parte de los genes responsables de producir células cardiacas. La segunda, recién publicada en el número de septiembre de la revista Cell, con el descubrimiento del mecanismo que bloquea la regeneración del miocardio.

"Hemos encontrado la causa por la cual los cardiocitos no se dividen. El mecanismo es igual para las neuronas. La razón es que hay una familia de genes que interaccionan con otras proteínas, como los factores de la transcripción, bloqueando la diferenciación celular", explicó Bernardo Nadal, que ayer participó en el Congreso Nacional de Cardiología en Santiago de Compostela. "Si uno irrumpe en esta interacción, modificando alguna de estas proteínas, la célula puede entrar de nuevo en el ciclo vital y dividirse".

Modelos animales

"Hay unos péptidos", prosigue Nadal, "capaces de interrumpir esta interacción. El bloqueo desaparece y la célula se divide".El objetivo final es modificar genéticamente el miocardio para que vuelva a crecer. Su equipo ya lo ha conseguido en cultivos celulares y ahora empiezan a ensayar en modelos animales maduros. "Si esto funciona en humanos sería posible regenerar el tejido con células todavía funcionantes. En laboratorio ya hemos conseguido crear una gran cantidad de células a partir de unas pocas", explica el investigador.

Hacer lo opuesto, es decir parar el crecimiento incontrolado puede adquirir un significado importante a partir de estas investigaciones. "La otra gran consecuencia de estos trabajos es que, entendiendo el mecanismo por el cual la célula no se regenera, podamos modificar el crecimiento desordenado de las fibras del músculo liso responsable de las placas de ateroma en la arterioesclerosis".

Los hallazgos descritos explican un mecanismo que resulta ser la cara opuesta" del cáncer, como lo describe Nadal. "Los mismos genes juegan un papel opuesto. Por un lado producen la diferenciación celular, y cuando se inactivan, un crecimiento desordenado que causa el cáncer". Varios grupos científicos de San Francisco, Chicago y Texas trabajan actualmente en esta línea de investigación.

Bernardo Nadal dejó España en 1968, tras licenciarse en Medicina por la Universidad de Barcelona y realizar su especialización en cardiología. Tras pasar por el Instituto de Cardiología de México, se afincó en Estados Unidos en 1972. Desde 1982 trabaja en la Universidad de Harvard.

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