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Caos informativo

La aprobación por el Gobierno de la disposición que regula los precios públicos de las enseñanzas universitarias para este curso se produjo mucho más tarde que en años anteriores. La orden ministerial apareció en agosto cuando lo habitual es que aparezca en julio. Algunas universidades se han quejado públicamente del retraso ya que, según explican, se han visto obligadas a improvisar todo el complicado andamiaje de la matriculación en los primeros días de septiembre.El relevo, el 15 de julio, de Alfredo Pérez Rubalcaba por Gustavo Suárez Pertierra al frente de la cartera de Educación, puede explicar ese retraso, aunque sólo en parte, ya que el equipo de la Secretaría de Estado de Universidades e Investigación, encabezado por Elías Fereres no sufrió cambios hasta finales de agosto. El retraso, pues, no puede tener otra explicación que la que se desprende del propio caos informativo que rodea en estos momentos la elevación del precio de las matrículas. Oficialmente, en los primeros momentos, se dijo que la subida de las tasas no se movería de una escala comprendida entre un 3,5% y un 14%. No se aludió entonces a la repercusión que tendría en los precios reales la aplicación dejas tarifas, establecidas también oficialmente para los planes de estudios configurados en créditos.Sin datos suficientes

Más información
Ninguna universidad ha recibido instrucciones de Educación para que abarate sus matrículas

Todas las fuentes universitarias consultadas están convencidas de que, en el momento de elaborar la resolución sobre las tasas, el ministerio no tenía datos suficientes para saber cuál sería el volumen real de los incrementos y a cuántos estudiantes podría afectar. Según dichas fuentes la Administración sólo sabía cuantos planes de estudios reformados o nuevos habían sido homologados hasta aquel momento, pero no cuántas universidades los pondrían en marcha en septiembre de este año y, probablemente, en este preciso instante tampoco lo sepa.En la conferencia de prensa que convocó el pasado viernes, el secretario de Estado de Universidades se enteró por este periódico de que en primer curso de la escuela de ingeniería técnica industrial de la Politécnica de Madrid los alumnos estaban pagando por la matrícula unas 127.000 pesetas. Miguel Ángel Quintanilla, secretario general del Consejo de Universidades, que estaba a su lado, manifestó entonces que le sorprendía esa circunstancia puesto que todavía se encontraba pendiente de homologación el plan de estudios de dicha carrera. Añadió que en el seno de la Comisión Académica del Consejo existían serias reservas sobre el volumen de créditos asignados a dicha ingeniería y que será en el próximo pleno cuando se vería cómo quedaria definitivamente.

Puede ser un simple botón de muestra sobre el desconcierto ministerial ante el asunto de las tasas. En ese mismo pleno del Consejo de Universidades, que probablemente se celebre el próximo día 28, se decidirá también si el Gobierno da marcha atrás modificando la resolución de agosto o añadiendo alguna cláusula que fije un tope máximo para el precio de las matricula.

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