El Pen Club decide mostrarse neutral ante el conflicto de Yugoslavia
La entidad se define como plataforma de defensa de todos los escritores
La guerra en la antigua Yugoslavia, y las distintas actitudes de los escritores de los países implicados, se ha convertido en centro de las primeras reuniones del Congreso Internacional del Pen Club, que se celebra esta semana en Santiago. Ya en el discurso inaugural, en la noche del lunes, el húngaro György Konrad, presidente del Pen, aludió al conflicto, y ayer, en la primera asamblea de delegados ' se repitieron intervenciones sobre el tema. En la jornada de ayer también se eligió al sucesor de Konrad el frente del Pen Club. La elección recayó en el dramaturgo inglés de origen surafricano Ronald Hartwood.
György Konrad tomó como eje el lema del congreso -Por los caminos de la literatura- para establecer una semejanza entre las andaduras de los peregrinos y las de los escritores. "Un escritor", dijo Konrad, "puede identificar el progreso de su trabajo con el de una peregrinación. Esperamos ayuda, aunque no sabemos de dónde, para dar sentido a la siguiente frase que escribimos".Konrad relató uno de los temas que más interesan a la Asociación de Escritores del Pen: las torturas y castigos que reciben algunos escritores por culpa de su obra. El presidente del Pen se refirió en concreto al congreso literario celebrado la pasada primavera en Dubrovnik (Croacia), en el que asomaron posturas muy dispares y en el que el escritor francés Alain Finkelkraut le acusó de tibieza en su condena a la agresión serbia.
Konrad manifestó: "Nos hemos reunido para estudiar un paradigma que está muy cerca del espíritu del Pen, que es posible una dialéctica fructífera y una cooperación significativa entre varias identidades nacionales y entre diversidades culturales. Es el arte de nuestro fin de siglo y del Pen Internacional: explotar la paradoja y alimentar simultáneamente lo nacional y lo internacional, pensar en cada escritor del mundo, vivo o muerto, como un colega".
Konrad repasó las vicisitudes que rodearon el congreso de Dubrovnik, en el que las presiones políticas de los organizadores croatas llegaron a provocar su marcha antes de la conclusión del mismo, y se reafirmó en la postura del Pen como una plataforma de defensa de todos los escritores.
La presencia del idioma castellano en el congreso -después de la sorpresa de algunos participantes al comprobar que las lenguas oficiales son francés, inglés y gallego- ha sido objeto de numerosos comentarios. Alexandre Blokh, secretario internacional del Pen, dejó muy claro en la inauguración que no se discriminaba en absoluto al castellano y que los congresistas que quisieran expresarse en esta lengua serán muy libres de hacerlo. Blokh aprovechó su discurso para hacer votos, una vez más, para la pronta creación de un Pen Club español que resulte operativo.
Por otra parte, el escritor catalán Isidor Consol ha sido nombrado nuevo presidente del Comité de Traducción y Derechos Lingüísticos del Pen Internacional.
Babelia
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