Terror en el jardín

En el palacete que mandó construir Bernardino de Velasco, condestable de Castilla y tercer duque de Frías en el siglo XVII, se rodó un episodio de la serie de televisión La huella del crimen y alguna otra película ambientada en el XIX, de esas en las que entran los coches de caballos bajo el voladizo del porche. Así lo recuerda Carmen Priego, la responsable de los museos municipales, una arqueóloga que ha trabajado en el instituto hasta hace dos años.Una pareja de pavos reales pulula por el jardín francés arruinado, en el que la hojarasca ha ido minando los peldaños y el tiempo ha vencido las balaustradas. Perfectamente se podría rodar ahora un película de terror gótico.

El Instituto Arqueológico es heredero del Servicio de Investigaciones Prehistóricas y el Museo Prehistórico Municipal, que nació en 1929 y estuvo trabajando hasta que estalló la guerra civil. En 1953, el instituto se instaló en este palacete, donde ahora encuentran cobijo las palomas sobre el techo que guarda los enormes dientes del elefante de Orcasitas. La casa había sido comprada por el Ayuntamiento en 1948.

En 1961 se abrió la pequeña exposición que se cerró 11 años más tarde. Como la punta de un iceberg, sólo 300 piezas, las más importantes, se exponen en los sótanos del Museo Municipal, y tan sólo desde 1979. Las razones de que la casa de la Quinta del Berro tenga las puertas cerradas a los madrileños es, según Carmen Priego, que el edificio estaba deteriorado. Además, su concepción como vivienda no permitía su acondicionamiento como museo sin gastarse una fortuna. Por otro lado, no cabría la colección.

El tiempo se ha encargado de agravar la situación y las humedades de las vitrinas. Mientras, siguen llegando a la casa sin nombre hallazgos de excavaciones mas recientes, de todas las épocas de la historia.