Atacada una base de la ONU en Sarajevo horas después de entrar en vigor un alto el fuego
Una base militar francesa de la ONU fue atacada ayer en Sarajevo apenas horas después de que entrara en vigor un alto el fuego pactado por los cascos azules con las partes en conflicto. El ataque no causó víctimas ni heridos. No habían pasado ni dos minutos desde que entrara en vigor la tregua cuando los primeros impactos, de la artillería serbia ya retumbaban en las calles de Sarajevo. Durante el día se mantuvo una baja intensidad bélica en la capital bosnia, con intercambios esporádicos de armas ligeras. Sin embargo, el alto el fuego se rompió en mil pedazos al norte del país, en Brcko.
ENVIADO ESPECIAL, Esta zona está situada en el denominado corredor de Posavina, que une las conquistas territoriales serbias del este y del norte de la antigua república yugoslava y les sirve para llevar armas y pertrechos desde Belgrado.El alto el fuego anunciado por el jefe de los cascos azules desplegados en Bosnia, el general belga Francis Briquemont, tras entrevistarse con el jefe militar de los radicales serbios, el general Ratko Mladic, debía entrar en vigor a las diez de la mañana de ayer. Según Radio Sarajevo, la ofensiva contra sus posiciones en Brcko empezó a las doce de la mañana del domingo, aunque desde hace una semana los radicales serbios han concentrado varias unidades en la zona y hostigan sin tregua las posiciones de los musulmanes bosnios.
El viernes, la Fuerza de Protección de las Naciones Unidas (Unprofor) dio cuenta de la intensidad de los bombardeos serbios en Brcko, pero no pudo verificar si habían sido empleados misiles tierra-tierra de fabricación rusa, como denunció la Armija bosnia. Radio Sarajevo reconoció un total de 27 muertos entre sus filas de Brcko ayer. El alto el fuego tampoco se respetó en Mostar. Ayer continuaron los combates entre la Armija bosnia y el Consejo de Defensa Croata (HVO), que sigue impidiendo el acceso de Unprofor y de las organizaciones humanitarias a la zona ocupada por los musulmanes, que según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) es desesperada. Desde hace dos meses, ningún convoy humanitario ha podido cruzar los controles del HVO, y las condiciones se han agravado por la falta de agua y las altas temperaturas. El alto el fuego en todo el país y el libre paso de los convoyes humanitarios eran las dos condiciones establecidas por el presidente bosnio, Alia Izetbegovic, para acudir mañana a Ginebra, donde los presidentes de Serbia, Slobodan Milosevic, y de Croacia, Franjo Tudjman, esperan la anuencia del mundo para firmar la paz y consagrar sus conquistas territoriales en Bosnia.
Los ciudadanos de Sarajevo han aprendido, a fuerza de esperar en vano una acción internacional que detenga la agresión serbia, a no creer en nada. No hay semana en la que Unprofor no anuncie que sus ingenieros esperan el cese del fuego para iniciar las reparaciones de las centrales eléctricas y la reanudación de los servicios de gas y agua en la ciudad sitiada.
De eso saben de sobra las familias de Sarajevo, como la formada por Almasa, de 60 años, y Resad Koro, de 62. Sus hijos han podido abandonar la ciudad, pero ellos resisten en la calle Veintisiete de julio, a 300 metros de las líneas de los radicales serbios, que ocupan el cercano barrio de Grbavica. Como muchas otras familias, los Koro han convertido su pequeño balcón en un huerto que cuidan con primor aun a riesgo de sus vidas. El balcón está al alcance de los francotiradores serbios.
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